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la polilla

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Mensaje  draginazio Vie Jul 09, 2010 4:37 pm

Había sido un día como cualquier otro, salió de su trabajo de auxiliar en la fábrica, Salió de ella silbando quedamente, mientras tomaba por el parque, dispuesto a tomar el autobús que le llevaría a la seguridad de su hogar, junto a su amada esposa, cuando, de repente, sintió un movimiento extraño a su alrededor, era un aleteo, podía oírlo dando vueltas en torno a él, mas no lograba ver de qué se trataba
- Es un murciélago- pensó- o tal vez una mariposa nocturna, en todo caso, en cuanto pase por una de las farolas del parque, se quedara allí.
Así que apretó levemente el paso, para poder deshacerse de este molesto ser que ya le comenzaba a incomodar, y a medida que se acercaba a la luz, pudo vislumbrar una enorme polilla negra, de tal vez diez y ocho o veinte centímetros de envergadura, la cual por alguna razón lo seguía, cuando paso bajo la farola del parque –tal como lo había previsto- la polilla comenzó a dar vueltas en derredor de ella, pudo andres en ese momento ver el magnífico, y a la vez terrorífico animal que lo seguía, jamás volvería a ver una polilla de ese tamaño, pudo ver claramente su color negro, el cual era tan puro y tan brillante, que podría decirse que estaba bañada en alquitrán, ciertamente, jamás volvería a ver una polilla como esta.
Siguió su camino, apurando el paso, y dejando atrás el pensamiento de este animal tan fácilmente como se olvida una pesadilla el levantarse, tal vez no hubiese vuelto a pensar en ella de no ser porque en el momento en el que subió al autobús que lo llevaría a su hogar, entro un segundo antes de que se cerrase la puerta tras él, arrancando unos pequeños grititos de terror de los niños que estaban sentados en los asientos delanteros, y sobresaltándolo levemente, realmente, en un principio, no pensó que se tratase de el mismo animal, eso sería demasiada coincidencia, mas por pura curiosidad, volvió la vista hacia ella, la cual se había detenido justamente en el techo, en el borde del respiradero, mirándolo de frente, pudo ver su extraño brillo alquitranado, y distinguió también un extraño detalle, no era totalmente negra después de todo, puesto que sus ojos, aunque obscuros, liberaban un extraño brillo amarillento.
- Es horrible, y a la vez extraño – se dijo - seguramente ha de haber venido hasta aquí al ver el brillo de las luces del autobús, eso es todo- aunque muy en el fondo de su ser, le comenzaba a intimidar este extraño animal.
Todos los asientos del autobús estaban ocupados, así que Andres no tuvo otra opción que irse de pie, y de vez en vez, volteaba a ver el animal, el cual no le retiraba la vista de encima, y cada vez quedaba sorprendido por el extraordinario tamaño de este ser, y por el extraño brillo que sus ojos desprendían, al quedarse quieto, los pasajeros del vehículo prontamente se olvidaron de él, y, cosa rara, ninguno noto los extraños colores de esta, en cierto momento, un asiento quedo libre frente a Andres, y el decidió tomarlo, cuando vio el enorme animal posado frente a la ventana, en el marco superior de esta, sin mover ni una pata, en un primer momento, Andres pensó que esta era otra, pues no la había visto volar, y ciertamente hace cinco segundos, la última vez que la vio, esta seguía posada en el techo del autobús, observándolo sin mover ni un solo musculo, así que levemente intimidado, y con un poco de asco, cubrió su mano con la manga de su chaqueta, y lanzo un manotazo al animal, esperando que esto bastase para que volase por la ventana y lo dejase en paz, lo que no espero, es que, a pesar de haber rozado al animal en las antenas y en las alas (nunca quiso ni tocarlo, mas por el desespero uso más fuerza de la que esperaba) el animal no se movió ni un milímetro, un poco desesperado, volvió a ver a los demás pasajeros, cuando reparo que ninguno prestaba la mas mínima atención a la polilla, solamente una anciana lo miraba fijamente a el, como preguntándose, porque este joven no procedía a sentarse, así que decidió hacerlo, tratando de hacer lo mismo que los demás, y sentarse, después de todo, la polilla estaba bastante alta, y no podría tocarla ni siquiera involuntariamente, eso si, dejo la ventana abierta, a pesar de que comenzaba a lloviznar, por si aquel desagradable ser decidía irse al fin.
Cuarenta minutos después, por fin se movió, con un pequeño batir de alas, el animal se desperezo y comenzó a caminar, bajando por el borde de la ventana y saliendo a la parte externa del bus, momento en el cual Andres, el cual no había dejado de vigilarla desde que se sentase, aprovecho para cerrar la ventana de un golpe, su compañera de al lado, volvió a mirarlo con una pequeña cara de curiosidad, como si estuviese loco o algo así, el volvió la vista hacia ella y le sonrió levemente como pidiendo disculpas, hasta que por fin ella volvió a bajar la vista. Un poco mas aliviado por haberse deshecho de este ser, Andres decidió dormir un poco, aun quedabas casi quince minutos de viaje, y parecía haber un pequeño embotellamiento, tenía tiempo de sobra.
Caminaba por un parque rumbo a casa, solo que estaba demasiado oscuro para poder ver a una distancia mayor a diez pasos, una ligera niebla obstruía aun más la vista, haciéndolo tropezar cada pocos metros, lentamente, a medida que avanzaba, el parque aumentaba su vegetación, haciéndose cada vez más espeso, y comenzando a tomar la extraña apariencia de un bosque, el más extraño que había visto en su vida, puesto que todos los arboles estaban secos y sin una sola hoja en ellos, apretaba el paso cada vez más, tratando de llegar a la seguridad de su hogar, tratando de encontrar un poco de luz en ese mundo lleno de terrible oscuridad, cuando, de repente, comenzó a oír leves revoloteos a su alrededor, como hechos por las alas de los murciélagos o de las palomas al volar, lentamente, los revoloteos aumentaban su intensidad, la única luz, proveniente de una enorme luna llena, no le permitía ver qué era lo que flotaba dando círculos en derredor suyo, solo veía pequeños puntos de aproximadamente cinco centímetros, cuando una horrible idea subió a su cerebro, polillas, solo podía ser eso, las polillas, al no encontrar luz ni vegetación, iban sobre el único ser que deambulaba por el lugar, el único ser del que podrían conseguir alimento. Y así lo confirmo cuando comenzaron a emitir un pequeño sonido extraño, sonido que no oía precisamente con sus oidos, estaba dentro de su cabeza, parecía un sonido metálico, estridente, como cuando en las series de tv querían hacer un ultrasonido, solo que más fuerte y tétrico, un fuerte olor comenzó a marearlo, y aunque no sabía de dónde provenía, de algún modo sabia que las polillas lo producían, lanzando una señal química para llamar a… quien? El olor era cada vez más insoportable, parecía el olor de muchas prendas de ropa que hubiesen sido guardadas húmedas siglos atrás, y por lo tanto se hubiesen podrido, el olor de la descomposición de un cuerpo, o el de comida putrefacta, tan insoportable era que tuvo que tapar su boca con sus mangas para evitar las nauseas que comenzaba a sentir, las polillas cada vez volaban más cerca de el, llegando incluso a rozarlo y a chocarlo al rodearlo, obstaculizando su visión, pero sin embargo logro ver que venía volando una gigantesca polilla, tal vez el equivalente a la reina de una colonia, media tal vez un metro, o metro y medio, y era totalmente negra, aunque con un extraño brillo que le propiciaba un toque brillante, como si estuviese bañada en alquitrán, sus ojos, aunque negros, lanzaban un ligero destello amarillento. Comprendió que venía a por él, así que, no pudiendo evitarlo más, abrió la boca para gritar, esa era la señal que esperaban las polillas a su alrededor, que comenzaron a entrar a su boca en tropel, ahogando su respiración, preparándose para cenar.
Despertó sobresaltado, con un ligero salto, encontrándose en el asiento del autobús, había tenido una pesadilla, posiblemente provocada por la impresión de ver aquella extraña polilla que había volado, así que tratando de relajarse, volvió la vista hacia la ventanilla, fue entonces cuando vio aquel horrible cuerpo peludo al exterior de la ventanilla, seis patas salían de su centro lleno de vellos, y detrás de esa extraña masa, dos enormes alas de diez centímetros cada una, negras como el alquitrán, se envergaban a cada lado, a pesar de ser imposible, Andres juraría que la polilla lo veía de frente, con sus ojos amarillentos y llenos de maldad, el la vio por un momento, mudo de terror, incapaz de moverse o de emitir ningún sonido, tratando de comprender lo que ocurría, al procesar su cerebro lo que veía (podían haber pasado dos segundos o dos horas, el no lo sabía, y la verdad poco le importaba) su pecho se desatasco, y con un pequeño grito de sorpresa y terror, salto en el asiento hacia atrás, echándose sin querer, sobre su compañera de viaje, la cual volvió hacia el muy molesta
- Eh, podría tener un poco mas de cuidado ¿por favor?- dijo ella en un tono francamente molesto
- Eh… lo siento, tuve una pesadilla mientras dormía, y me sobresalte al ver este bicho al despertar
- A que bicho se refiere?
- A esta polilla que está en la ventana - dijo el volteando de nuevo, y quedándose en silencio de repente
En la ventana solo se veían las calles por las que pasaban, el insecto ya no estaba.
- Se siente usted bien? – pregunto ella viéndolo como si estuviera hablando con un desquiciado – por que la polilla voló desde hace veinte minutos, cuando usted golpeo la ventana.
No lo sé, y francamente no quiero saberlo- pensó Andres, más sin embargo contesto que si, pidió disculpas y se volvió de nuevo a la ventana. Como siempre, cada vez que pasaba algo que él no podía explicar o que no concordaba con la realidad de las cosas, comenzó a buscar la lógica de la situación, había visto un bicho enorme en el parque, era probable que él tuviera algún olor dulzón, o hasta de sudor, por eso lo siguió hasta el autobús, después de todo, las polillas son parientes de las mariposas, después, simplemente por casualidad ella voló hasta el puesto en el que se iba a sentar, y no había volado cuando él la espanto… bueno, estos animales eran demasiado testarudos, cuando decidían morir en alguna parte, no había nada ni nadie que los moviera de allí ¿no? Después el viento o quien sabe que, la molesto, y se fue, el mismo la vio salir y dejarse llevar por el viento, luego, tuvo una pesadilla, y su imaginación lo hizo ver la polilla pegada al cristal al despertar, eso era todo, puras imaginaciones, ja ja ja, miren a Andres, se impresiono al ver un bicho muy grande… ja ja ja…
Mas sin embargo, por alguna razón, esta explicación, aunque lógica, no alcanzaba a gustarle del todo, pero como no encontraba una mejor, decidió dejarla así y tratar de olvidar.
Eso sí, no volvió a dormir mientras llegaba a casa.

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Mensaje  draginazio Vie Jul 09, 2010 4:40 pm

esperen muy pronto la segunda parte de la aventura de andres al comenzar en serio la lucha con la polilla...

draginazio

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