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Spartan Ligthning Warrior

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Mensaje  Nathan Hellsing Jue Abr 24, 2008 6:25 pm

Nota del Autor: Aunque los métodos de combate puedan recordar a Saint Seiya, la historia se remonta a la Edad Griega Antigua, y ningún personaje u organización especial de esa serie aparecerá en ese Fic. Además, toda las escrituras en griego son reales, ya que yo mismo estoy estudiando griego antiguo. Aún así, no me queda otra cosa que hacer sino que escribirlo con letras latinas.

Los Dioses... Con su poder... Crearon a una criatura: El humano... La multiplicó en millones, y estos poblaron la Tierra. A cada humano se le entregaba una fuerza interior. Ésta era conocida como Cosmos. Este poder se basaba en la ampliación y manifestación de la energía de la persona. Como toda fuente de energía, al igual que el fuego o el rayo, el Cosmos es visible, como una luz o una energía de un blanco inmaculado, a veces, si se está en lugares muy iluminados, puede mostrar un reflejo algo azulado. Existen 2 tipos de Cosmos: El Cosmos bruto, que es el Cosmos en su forma natural, y el elaborado, que es cuando la persona es capaz de fusionarlo con un poder, como por ejemplo, uno de los Elementos.

Año 215 A.C. Esparta.

Esparta, patria de los guerreros. La gran mayoría de los varones eran entrenados en el combate. Los soldados eran soldados con sandalias de cuero, protectores de rodillas hasta los pies, una túnica negra a modo de falda, desde la cintura a unos centímetros bajo las rodillas, una coraza que les cubría el pecho, abdomen cintura y espada, y unas muñequeras
de metal protector. El color de su capa reflejaba su nivel. De inferior a superior, éste era el nivel: Blanco, azul, rojo y negro. Estos reflejaban, respectivamente, a Capitán, General, Héroe y Rey. Los soldados de rango inferior no llevaban capa. Llevaban una espada, en una vaina colocada en la espalda. La mayoría sólo eran capaces de usar el Cosmos bruto. Aún así, eso le daba una fuerza y una resistencia física superior a la de una persona normal. Los espartanos se convirtieron en los mejores guerreros de Grecia. A los 7 años, el niño era enviado a la [/i]Agogé[i], donde se prepararía como espartano. El protagonista de esta historia, es un chaval de 15 años. Tiene el pelo algo largo, hasta la nuca. Su pelo es de un azul oscuro. Sus ojos son amarillos. Es un chaval con un buen físico. Se llama Xemnas. Xemnas despertó de su cama.

Xemnas: Es la hora... De preparar el Banquete a Ares.

Xemnas se puso de pie. Se colocó su ropa de servidor de Ares: Una túnica azul clara. Salió de su casa, y empezó a recorrer las calles de Grecia. En aquella época, Esparta estaba en guerra con Oscblobia, una ciudad de buen poder militar en Oriente... aquél día, según a profecía del sacerdote, el ejército aparecería sobre sus playas. Todo el pueblo estaba alarmado. Los soldados corrían de un lado hacia otro. Al final llegó a un gran edificio, que se abría por unas largas escaleras. Las subió sin dificultad, y llegó a una placa que ponía:

Ieron Ez Ares ( Templo de Ares ).

Abrió las puertas de golpe. Era un gran templo. A ambos lados, las columnas soportaban el peso de un piso superior. Enfrente de él, la estatua gigante de un hombre con una armadura: Ares, Dios de la Guerra y Señor de Esperta. Pólux, el sacerdote, empezó a acercásele poco a poco a él.

Pólux: Joven Xemnas, hoy se le necesita.

Xemnas: Lo sé.

Xemnas empezó a agarrar varios kilos de carne de una cabra sacrificada aquél mismo día y la colocó sobre el altar. Encendió una pequeña llama y empezó a echar incienzo. Xemnas participó en el programa. Su padre murió en una batalla, con capa azul, 2 meses antes de que él naciese. Nunca pudo poder hacer arder mucho Cosmos, por lo que pronto fue eliminado del programa. Pólux le encontró por la calle, y le ofreció la vida del Sacerdocio. Era una vida tranquila, agradable, que le daba bastante libertad.
De repente, apareció Litarco, el rey.

Litarco: ¡Ya vienen hacia acá!

Pólux: Tranquilo, la ofrenda a Ares ya está realizada.

Litarco: Bien. ¡Que el Cosmos arda de nuevo!

De su mano apareció una energía blanca brillante. La hizo minimizar, y salió del Templo.

Xemnas: Me gustaría poder luchar...

Pólux: Bueno... Lo siento... Pero...

Xemnas: Bueno, no me puedo quejar. Esta vida es muy tranquila. Y bastante cómoda.

Pólux: Eso sí que es cierto.

Ambos se quedaron rezándole a Ares. Krátero, un hombre de 22 años, de pelo rubio y ojos verdes, estaba en la línea de combate. Estaba preparado, en la playa. Veía cómo los barcos empezaban a deseambarcar. Su capa azul ondeaba en el aire. El rey andaba de lado a lado, por la 1º línea, ondeando su capa negra.

Litarco: Hoy es el día, en que nos atacará. Puede que muchos muramos. Pero nuestros Cosmos le darán fuerza al resto. Luchemos unidos. No somos como los débiles atenienses. ¡SOMOS ESPARTANOS! ¡DESENDEMOS DE LA SANGRE DE HÉRCULES, CUYO COSMOS LE PROPORCIONÓ LA GRAN FUERZA!

De repente, todos dieron alaridos y gritos de guerra. Se oían rugidos de los leones espartanos. Los bárbaros venían hacia ellos. Ambos ejércitos empezaron a cargar sus Cosmos. Krátero usó su Cosmos elaborado. Usando los metales y los minerales de su sangre, como el hierro o el calcio, y usando el oxíxeno del aire, la piel de sus brazos de volvieron metálicos. Al final, ambos ejércitos se encontraron. Krátero desenvainó su espada. Cargó su Cosmos en él, y consiguió alargar los átomos de hierro de tal, haciendo que la espada tuviera más longitud: 2 metros. Empezó a luchar contra varios bárbaros. Uno le lanzó una gran ráfaga de Cosmos, pero él lo esquivó moviendo sus hombros a un lado. Lanzó su espada a ese enemigo, llegándosela a clavar en el abdomen. Invicó la espada en su mano, como un imán. Litarco creó una gran llama en su mano. Usando su calor corporal, haciendo presión en su Cosmos, su temperatura coporal aumenta. Eso, sumano a la combustión que hace con su Cosmos en el oxígeno cercano, crea el fuego. Aunque la batalla estaba siendo ganada por los flancos, estaba perdiendo en el centro... Justo en...

Litarco: ¡La puerta de Esparta!

Un grupo de bárbaros, con su Cosmos, rompieron las puertas. Los bárbaros empezaron a entrar muy rápidamente.

Litarco: ¡VAMOS! ¡TODOS ADENTRO! ¡ESTÁN PENETRANDO EN NUESTRA CIUDAD!

Krátero entró corriendo. Empezó a matar a los más cercanos. Xemnas estaba rezando sin parar.

Xemnas: (Ojalá esto sirva de algo).

De repente, se abrieron las puertas. Un grupo de bárbaros entraron.

Pólux: ¡Penetraron en la ciudad!

Xemnas: Mierda...

Un bárbaro se movió tan rápido que agarró a Pólux y lo llevó donde estaban sus compañeros que nadie lo vio.

Xemnas: ¡Sacerdote!

Pólux: Tranquilo...

Xemnas: No... No puede ser... - De él empezó a emanar un Cosmos.

Uno de los bárbaros se dispuso a hablar.

Radjiozakid: Me llamo Radjiozakid. Nos llevaremos a vuestro sacerdote. Él será nuestra cena.

Xemnas: ¡No os lo permitiré! - Se levantó una gran cantidad de Cosmos.

Radjiozakid empezó a cargar un gran Cosmos. En ese momento, algunas de las piedras de alrededor empezaron a picarse. Formaron arena y éstas se agruparon junto al bárbaro.

Radjiozakid: Éste es mi Cosmos: Con los minerales de mi sangre, invoco a los minerales de mi alrededor.

Xemnas: Debo hacer algo... Debo hacer algo...

Una gran cantidad de Cosmos, gigantesca, salió de él. A continuación, tuvo una revelación. Conocía la Verdad. De repente, su Cosmos se volvió una esfera de energía eléctrica.

Xemnas: Con los metales de mi sangre, al rozarse entre ellos, se forman campos electromagnéticos. La mente, el cerebro, da órdenes al cuerpo con descargas eléctricas. Mi Cosmos recoge la electricidad... Y la manifiesta...

Radjiozakid: Vaya, vaya... Parece que no eres tan débil como aparentabas.

Xemnas: Con este poder... ¡PROTEGERÉ A PÓLUX!

Radjiozakid: Inténtalo.

Xemnas cargó toda su potencia eléctrica en una mano. Pegó un puñetazo en el aire, en dirección al bárbaro. Disparó toda la ráfaga. Se produjo un terremoto en el Templo. Vio, a pesar de la gran cantidad de luz... El bárbaro desaparecía... Xemnas caía al suelo... Cansado...


Última edición por Nathan Hellsing el Dom Mayo 11, 2008 2:30 pm, editado 1 vez

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Mensaje  Nathan Hellsing Jue Abr 24, 2008 6:25 pm

Capítulo 2: El Viaje.

Xemnas acababa de levantarse. Estaba bastante mareado. Vio que todos estaban de pie a él. El Templo estaba destruído, sólo quedaba el suelo y algunas columnas. Es decir, estaba tumbado bajo el cielo.

Litarco: Chaval, ¿estás bien?

Xemnas: Sí... ¿Y Pólux?

Litarco: Lo secuestraron.

Xemnas: Mierda... No pude hacer nada por ayudarlo.

Litarco: ¿Eres el niño que no pudo pasar las pruebas y fue colocado en el Templo?

Xemnas: Sí... - Avergonzado.

Litarco: (Vaya, vaya... Éste chico es más poderoso de lo que se imaginan... No olvidaré los relámpagos que salían del Templo... Jamás vi nada igual en el Elemento Rayo). Bueno, debemos hacer algo por recuperarlo.

Krátero: Es lógico; debemos ir a por él.

Un chico de pelo rojo oscuro y ojos verdes se adelantó. No llevaba capa.

Alexis: Debemos consultar al Oráculo de Delfos.

Xemnas: Sí... Debemos ir.

De repente, apareció una chica entre la multitud. Era muy conocida: La Princesa Aiki de Esparta. Tenía el pelo morado, algo oscuro, y unos ojos rojizos bastante fuertes.

Aiki: Creo que...

Litarco: Bueno. - Callando a Aiki. - Lo mejor será volver a nuestras casas, y preparar un Concilio para decidir qué hacer.

Xemnas: Está bien... Estaré en casa...

Litarco: Tú irás al Concilio.

Xemnas: Está bien.

Litarco: Te esperamos al esconderse el Sol.

Xemnas: Está bien.

Xemnas volvió a su casa. Muchos edificios fueron recién apagados. Entró en su casa. Tenía un corte en el entrecejo. La sangre corría por la nariz. Se miró al espejo y se cambió la ropa. Se puso una túnica blanca. Se preparó una salazón, y se alimentó de él. Se tumbó sobre la cama, pensativo. Estaba algo arrepentido de no poder evitar antes que nada pasase. Sin embargo, estaba sorprendido de cuando Cosmos ardó. Levantó el brazo, e intentó mover el Cosmos. Saltaron chispas de su mano, aunque más pequeñas que las que soltó antes. Era extraño. Esperó a que el Sol se ocultase. Deseaba que Apolo se dise prisa. Definitivamente, apareció Artemisa con su Luna de plata. Salió de la casa, y llegó a un gran edificio. Entró a las puertas. En forma circular, de tribunas ascendentes, estaban sentados viejos de túnicas verdes.

Litarco: Nuestro sacerdote Pólux está raptado. Nuestra ciudad fue gravemente injuriada. Debemos ir en su búsqueda, mandar a un escuadrón, debemos recuperarlo.

Consejero 1: No podemos arriesgar a un ejército a cambio de buscar un solo hombre.

Litarco: ¡Es nuestro sacerdote!

Consejero 2: Pues simplemente, ascendamos a otro sacerdote, que ocupe su lugar.

Xemnas: ¿Y DEJAR ATRÁS AL HOMBRE QUE GRACIAS A SUS REZOS ESPARTA GANÓ MUCHAS BATALLAS?

Todos miraron hacia Xemnas.

Consejero 3: ¿Qué haces aquí?

Xemnas: Soy el discípulo de Pólux. Mi nombre es Xemnas. Sólo os pido... Un poco de ayuda... Esparta nunca deja atrás a un hombre... Somos guerreros... Si hace falta, yo sól iré en su busqueda.

Litarco: ¡Xemnas!

Xemnas: Iré sólo con un barco. Lo encontraré. O moriré en el intento. No sé usar Cosmos. Pero, si así puedo ser útil a Esparta, decido ese destino.

De repente, todos los consejeros se callaron, y se dispusieron a meditar. Litarco miraba a Xemnas.

Litarco: (Chaval... Tienes huevos espartanos, lo reconozco).

Consejero 4: Decidimos que... Irás... Pero no sólo. A tu lado, viajarán otros 3 guerreros de Esparta. Rey, ¿le parece bien?

Litarco: Sí, con la condición de que sea yo quien elija a sus acompañantes.

Consejero 4: Nos parece bien.

Litarco: Xemnas, vámonos al Palacio.

Xemnas: ¡Voy!

Ambos salieron del Consejo. Empezaron a dirigirse al Palacio.

Litarco: Mi hija es una buena guerrera. Creo que deberíais contar con ella.

Xemnas: Está bien. Contaremos con ella.

Al llegar al Palacio, se abrieron las puertas. Ambos entraron en ella. Se acercó a un joven rubio, que estaba de pie, haciendo guardia en el Palacio.

Litarco: Joven Krátero, te elijo para que embarques en una misión en busca del sacerdote. Serás el responsable.

Krátero: Está bien. ¿Alguien más?

Litarco: Alguien de tu tropa.

Krátero: Alexis.

Alexis: Dime. - El joven pelirrojo de ojos verdes tomó posición.

Litarco: Y mi hija... Y este chico. - Señalando a Xemnas. - Iréis en su busca.

Krátero: ¿Sólo 4?

Litarco: Confió en vosotros.

Akai: ¿Dónde debemos ir?

Litarco: Al Oráculo de Delfos.

Alexis: ¿Cuando partimos?

Litarco: Mañana por la mañana. Ahora, vuelvan a sus casas, y prepárense.

Xemnas: Vale.

Todos salieron del Palacio, menos Akai y Litarco. Se dirigieron a sus casas. Xemnas estaba acostado en su cama.

Xemnas: (Padre... Te sentirás orgulloso de mí).

A la mañana siguiente, Xemnas se preparaba. Abrió su armario, y cogió la armadura de su padre. Se la puso. Era bastante ligera. Se sentía un espartano. Salió de su casa corriendo, y corrió al puerto. Allí estaban Akai, Krátero, Litarco y Alexis.

Litarco: ¿Estás preparado?

Xemnas: Sí.

Krátero: ¿Y esa armadura?

Xemnas: Perteneció a mi padre.

Litarco: Ya veo. Sé que le honrarás en la batalla.

Xemnas: Gracias.

Akai: ¿Nos vamos?

Los 4 empezaron a montar en el barco.

Krátero: ¡Izad las velas!

Las velas se extendieron, y el barco empezó a moverse. Empezaba a cruzar el Egeo, hacia el sur. Litarco los miraba en el horizonte, con cara seria.

Litarco: Hacedlo bien.

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Mensaje  Admin Jue Abr 24, 2008 7:56 pm

que bueno!!!!!!
eres un gran escritor
pero esto iría en la sección de cuentos históricos, jajajjaja
por favor, mira bien todas las secciones que tenemos antes de publicar. Wink

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Mensaje  Nathan Hellsing Jue Abr 24, 2008 11:00 pm

Capítulo 3: Delfos.

Llevaban 4 días entre las aguas. Xemnas y los demás estaban en el barco. Estaban sobre la flota, abriéndose paso entre las olas.

Krátero: ¿Cómo se llamaba tu padre?

Xemnas: Adrionos. Murió en la batalla de Genafonte.

Alexis: Sí, fue hace años. Los espartanos lucharon contra los micénicos y ganaron en la colina de Genafonte, hace 15 años.

Aiki: Dios... Qué antiguo.

Alexis: Estoy en el ejército, sobre todo por mi deseo de ser Héroe.

De repente, empezaron a avistar el Oráculo de Delfos. Era una gran torre, colocada cerca de la playa, a modo de faro.

Krátero: Ya estamos llegando. Preparémonos.

Todos se colocaron en sus posiciones. Xemnas empezó a recoger la vela menor; Alexis, la mayor. Krátero pilotaba la nave mientras, muy cerca, Akai se preparada para lanzar el ancla. Al final, frenaron a pie de la playa. Se bajaron y se dirigieron a la nave. Entraron por la puerta principal. Al centro, estaba la estatua de Atenea en oro. Se acercaron a la pitonisa... Era una mujer joven, de pelo dorado.

Xemnas: Venimos en busca de...

Pitonisa: Saber dónde se encuentra vuestro sacerdote.

Krátero: Cierto.

Pitonisa: Antes de que el Sol se ponga, los barcos bárbaros desembarcarán en Atenas e intentarán invadirla.

Alexis: ¿Él va en uno de esos barcos?

Pitonisa: Exacto.

Aiki: Debemos embarcar rápido.

Pitonisa: Xemnas... Eres el elegido... Tu destino está sellado... Tienes el poder de Zeus... Úsalo...

Xemnas: Nunca me rindo.

Todos salieron corriendo del Templo, montaron en el barco y embarcaron hacia Atenas. Estaban nerviosos.

Xemnas: (Ojalá lleguemos a tiempo...).

Krátero: (Espéranos...).

Alexis: (Vamos a salvarte...).

Aiki: (Por Esparta...).

- En Atenas -

El rey Calixo estaba aburrido, en su trono. De repente, un soldado abrió la puerta, y se dirigió a él.

Kalixo: ¿Qué pasa?

Soldado: Barcos bárbaros vienen hacia acá.

De repente, el rey se quedó mirando hacia el frente. Empezó a sudar.

Calixo: ¡Rápido! ¡Preparémonos!

El soldado salió corriendo. De repente, se oyó unas campanadas. Calixo subió a su habitación, y se puso su coraza y cogió su lanza. Bajó hasta la playa. Allí estaba sus tropas. En el mar, navegando hacia ellos, aparecieron 15 barcos de velas bárbaras.

Calixo: Al parecer, esos bárbaros de Oriente vienen a conquistarnos. No vamos a dejarnos vencer tan fácilmente. ¡Plantémosle cara!

Se oyeron gritos incesantes. Los barcos desembracaron.

Calixo: ¡ARQUEROS!

Los arqueros del fondo apuntaron sus flechas, y les cargaron Cosmos. Empezaron a lanzar flechas. Al tocar algo, además de clavarse, provocaba una gran fuerza de vibración. Empezaron a acercarse.

Calixo: ¡SOLDADOS!

Los atenienses empezaron a correr hacia los bárbaros, y acabaron encontrándose. Empezaron a luchar muy rápidamente. Alrededor de Calixo se vio un escudo de agua. Kalixo usaba el 70% de su cuerpo, que es agua, y lo fundió con su Cosmos. Lanzaba ráfagas de agua a presión, que golpeaba violentamente a los bárbaros. Los bárbaros empezaron a romper la puerta, y acabaron por conseguirlo. Sin embargo, una gran embestida ateniense golpearon la línea del frente bárbara.

Calixo: ¿No os esperábais eso?

El grupo de Calixo les golpeó por la retaguardia. Por ambos flancos, eran golpeados los bárbaros. De repente, una ráfaga de Cosmos impresionante emanó del centro de los bárbaros. Todos los atenienses salieron volando, golpeándose unos entre otros.

Calixo: Qué Cosmos...

Calixo ardió todo su Cosmos. Creó una gran ráfaga de agua, que golpeó a todos. De repente, los bárbaros empezaron a retirarse. Los atenienses cerraron muy rápidamente la puerta.

Soldado 2: ¿Ya?

Calixo: No. Esto es una conquista. Hasta que no acabemos con ellos, acometida tras acometida, les venceremos.

- En el mar, 4 días más tarde -

Empezaban a ver una playa.

Alexis: Es Aten...

Todos se quedaron callados. En la playa, aparcados, estaban 15 navíos bárbaros. Ya llegaron.

Xemnas: ¡Pólux!

Krátero: Lo mejor que podemos hacer es hablar con el Rey.

Aiki: ¿Cómo lo haremos sin que nos vean?

Krátero: Mejor aparcaremos detrás del cabo.

Alexis: Sí, es la mejor idea.

Krátero: Entrar por detrás a Atenas.

Xemnas: Sí...

Krátero agarró el mástil. Empezó a desviarse un poco. Se ocultó tras el cabo. Todos desembarcaron. Empezaron a cruzar tras las rocas, en silencio. Con mucho cuidado. Al final, llegaron a la puerta. Krátero se colocó ante ella.

Krátero: Somos de Esparta. Debemos hablar con el rey.

Se abrieron las puertas. Los guardias comprobaron que, efectivamente, tenían rasgos griegos y armaduras espartanas.

Guaridas: ¡Pasen!

Krátero: Gracias.

Alzaron la cabeza, y vieron el lugar que indiscutiblemente era el Palacio de Calixo. Empezaron a callejear. Todos parecían tener una cierta riqueza, al juzgar por las calidad de sus prendas. Al llegar al Palacio, entraron. Ahí estaba el Rey.

Krátero: Rey de Atenas, venimos de Esparta. Antes de que los bárbaros atacasen aquí, atacaron nuestra ciudad. Raptaron a nuestro sacerdote. Pedimos que nos ayude a recuperarlo, a cambio de ayudarle nosotros en la batalla contra ellos.

Calixo: Está bien. Les ayudaremos. Esta tarde, pensamos atacarles.

Krátero: Les pedimos que nos dejen hospedarnos y nos prepararemos.

Calixo: En el Palacio. - Dio unas palmadas.

Unos hombres aparecieron.

Hombres: Por aquí.

Empezaron a seguir a los criados. Cruzaron varios pasillos, a llegar a uno con varias salas. Estaba muy lleno. Abrieron 2 puertas conjuntas. Llevaban a habitaciones de 2 camas.

Krátero: Vale. Alexis y yo estaremos en una; Xemnas y Aiki, en otra.

Alexis: Está bien. - Cada uno entró en su cuarto.

Xemnas y Akai se tumbaron cada uno en su cama.

Akai: ¿Preparado para el combate?

Xemnas: Sí. Eres una mujer... ¿Cómo...?

Akai: ¿Soy soldado? Todos los de la realeza, varones y mujeres, debemos serlo. Es la costumbre espartana.

Xemnas: Ya entiendo.

Akai: ¿Por qué no eres soldado?

Xemnas: Nunca tuve suficiente Cosmos...

Akai: Sin embargo, en el Templo mostraste tener muchísimo.

Xemnas: Ni yo sé lo que me pasó. Bueno, mejor comamos algo. - Sacó una manzana de su bolsa de piel de lobo. La partió en 2. Le dio un trozo. - Sé que no es mucho, pero e lo único que tengo.

Akai: Aiinnnsss... Qué relindo eres... Empezó a morder la manzana.

Xemnas: Nah, no creo.

Ambos empezaron a masticarla. Al acabar...

Akai: Bueno, lo mejor será salir un rato a conocer la ciudad. Levantaremos sospechas si vamos vestidos como espartanos.

Xemnas: Sí.

Ambos sacaron ropas de su bolsa. Akai empezó a quitarse la armadura... Bajo la armadura no llevaba nada... Estaba desnuda... Akai se dio cuenta, de que atrás, Xemnas le miraba perfectamente.

Akai: ¿Qué miras? - Sonrojada.

Xemnas volvió en sí.

Xemnas: No, nada.

Se dio cuenta de ese cuerpo... Rasurado... Esas piernas delgadas... Ese abdomen plano... Unos pechos maduros... Esa piel suave... Él también se desnudó. Se notó vigilado.

Xemnas: ¿Qué miras?

Akai: Nada. - Sonrojada.

Akai acababa de ver en él un cuerpo muy atractivo... Musculado en lo necesario... Con algunas cicatrices, pero nada importante... Se cambiaron, y salieron a la calles. Se dieron cuenta de que todos los callejones llevaban a la plaza. Empezaba a ser por la tarde.

Aiki: Volvamos.

Xemnas: Sí.

Volvieron, cogieron sus armaduras, y salieron a la playa. Al fondo, se veían las hordas venir hacia ellos.

Krátero: No te preocupes; lo harás bien.

Xemnas: Lo sé.

Ambos ejércitos corrieron. Y al encontrarse...

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Mensaje  Nathan Hellsing Sáb Abr 26, 2008 3:07 pm

Capítulo 4: Batalla.

Los ejércitos se encontraron. Xemnas sacó su espada. Cargó electricidad en su espada. Al blandir la espada fuertemente, una ráfaga lineal eléctrica salía disparaba y cortaba todo a su paso. Le venía un enemigo por detrás. Él se giró y le pegó un puñetazo en el estómago. Con el puño aún golpeando, lanzó una cantidad constante de electricidad. El enemigo explotó, y quedó reducido a cenizas. Krátero estaba en el flanco derecho. Los demás, en el central.

Krátero: ¡Atenienses, mantengamos las filas!

Una gran horda de bárbaros corrían hacia ellos. Los griegos crearon un muro de Cosmos. Los bárbaros chocaron contra el muro.

Krátero: ¡Ahora!

Los griegos hicieron explotar el muro. Los bárbaros más cercanos a él cayeron, y golpearon a los de atrás. Krátero pegó un salto y, al aterrizar, le clavó la espada a un enemigo que estaba de pie. Los atenienses le siguieron hasta empezar una batalla cuerpo a cuerpo con los bárbaros. Krátero alargó su espada. De repente, de un barco cercano, descendió un hombre extraño. Sobre él levitaban 15 lanzas. Krátero le lanzó una ráfaga de Cosmos. Sin embargo, el Cosmos se desvió. Corrió hacia el bárbaro, pero éste le lanzó una gran ráfaga de Cosmos y tiró al suelo a Krátero. Éste sangraba. Se puso de pie.

Krátero: ¿Un escudo espejo? ¡Mantenedle, voy a por ayuda!

Krátero se dirigó al flanco central. Encontró a Xemnas.

Krátero: ¡Busca a Aiki y acude al flanco derecho!

Xemnas: ¡Vale!

Xemnas empezó a correr, y enemigo que encontraba a su paso, enemigo que acababa con él. Aunque no era un maestro en el Cosmos, al prepararse en la Agogé, consiguió obtener unos buenos reflejos, y un buen control de la espada. Uno cerca a él hizo explotar su Cosmos. Xemnas corrió hacia él. Saltó e intentó atacarle desde arriba. Pero el bárbaro agarró la espada, y él quedó suspendido en el aire. Xemnas aterrizó en el suelo y le agarró del cuello. Sin embargo, el bárbaro era más fuerte, por lo que no pudo moverlo. Saltó hacia atrás. El bárbaro le lanzó una ráfaga de agua. Él la esquivó a tiempo. Xemnas empezó a correr hacia el bárbaro. El bárbaro le lanzó otra ráfaga. Xemnas pasó a su izquierda. Estaba a un centímetro del bárbaro. Empezó a cargar Cosmos en su púño. El bárbaro intentó pegarle un puñetazo. Xemnas golpeó el puño del bárbaro. Ambos Cosmos explotaron.

Calixo: ¡Qué Cosmos...!

Al final, la ráfaga de luz desapareció. El bárbaro estaba desangrándose en el suelo. Xemnas cogió la espada del bárbaro y se la lanzó a la cara a otro enemigo cercano. Al final, la encontró.

Xemnas: ¡Aiki! ¡Krátero nos ordena movernos al flanco derecho!

Aiki: ¡Vamos!

Ambos empezaron a correr juntos. Se cubrían las espaldas mutuamente. Al llegar al flanco derecho, vieron a un hombre con varias lanzas flotando. Xemnas cargó una ráfaga eléctrica y la disparó. Sin embargo, la ráfaga le esquivó.

Xemnas: Es como si se reflejase.

Aiki: Dejámelo a mí. Yo me encargo de esto.

Xemnas: Está bien. - Empezó a luchar contra las hordas.

Aiki y el extraño estaban frente a frente.

Aiki: Parece que sabes defenderte.

Aiki pegó un silbido. De repente, todo lo que estaba alrededor suya explotó. Creó un cráter en el suelo, estando ella en el centro de él. Dio una palmada, y se produjo un pequeño terremoto.

Aiki: Éste es el poder de mi Cosmos: El sonido es vibración. Son ondas vibratorias que se expanden por el aire. Con mi Cosmos, soy capaz de, al crear un sonido, ampliar la potencia vibratoria de la onda expansiva.

Aiki pegó un puñetazo. El puño quedó a 35 centímetros de hombre. Sin embargo, éste salió volando. Xemnas vio, por un momento, que entre el puño y el extraño, el aire se ondulaba, y oyó un sonido silbante.

Xemnas: (Ondas vibratorias... Krátero, ya lo veo).

Aiki: Tu escudo está hecho con una carga vibratoria reagrupada, estable, que se endurece a sí misma. Mis ondas vibratorias las pueden diseminar. Además, soy capaz de usar las ondas sin producir un sonido externo. - Le agarró de la cabeza. - ¿Sabes qué mas uso? Escucha.

El bárbaro notaba en su cabeza vibraciones... De los músculos de la mano... Las venas y arterias...

Bárbaro: ¡El sonido de los latidos de tu corazón!

Aiki ¡Exatco!

Hizo explotar la cabeza del bárbaro, y éste cayó al suelo.

Xemnas: (Aiki es muy fuerte... Da miedo).

Aiki: ¡Acabemos con el resto de un golpe!

Xemnas: Sí. ¡Alejaos de aquí! ¡Entrad en la ciudad!

Los soldados entraron en la ciudad. Aiki y Xemnas se quedaron solos con los bárbaros. Xemnas cargó una gran carga de electricidad. Ambos dispararon sus ráfagas de golpe. Eran ráfagas de tamaño gigantescos. Todo lo que estaba alrededor explotó. Al acabar el estallido, cientos de cadáveres estaban diseminados en el suelo.

Aiki: Buen trabajo.

Xemnas: Lo mismo digo, princesa.

Aiki: Llámame sólo Aiki. Tú puedes llamarme Aiki. - Le besó en la mejilla.

Xemnas: ¿Entramos?

Aiki: Claro.

Entraron en la ciudad. Krátero y Alexis se le acercaron.

Alexis: Xemnas... Impresionante...

Krátero: Sólo quedan unos pocos. Al parecer...

Xemnas: Pólux está dentro de uno de esos barcos.

Krátero: Exacto. Mañana, por la mañana, iremos a por él los 4.

Aiki: Está bien. Xemnas, entremos.

Xemnas: Vamos.

Los soldados se diseminaron entrando en sus casa, y los 5 entraron en el palacio. Aparecieron unos criados.

Criado: Señor, está sangrando. ¿Puedo ayudarle?

Krátero: Sí, gracias, señor.

El criado desnudó a Krátero y empezó a limpiar su cuerpo.

Xemnas: Subamos a la habitación.

Ambos entraron en la habitación. Se desnudaron.

Aiki: Tienes un corte en el pecho... Deja que lo limpie...

Cogió un paño y le echó vinagre. Empezó a frotar el pecho de Xemnas.

Xemnas: También tienes un corte en la espalda.

Xemnas volteó a Aiki y cogió el paño... Empezó a frotar la espalda de Aiki... Aiki se volteó... Y lo besó.

Nathan Hellsing

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Spartan Ligthning Warrior Empty Re: Spartan Ligthning Warrior

Mensaje  Nathan Hellsing Dom Abr 27, 2008 8:14 pm

Capítulo 5: Búsqueda.

Xemnas: Aiki...

Aiki: Dime... -Acariciando el cuerpo de Xemnas.

Xemnas: ¿Estás bien?

Aiki: Mejor que nunca... - Empezó a besarle.

Xemnas no se cortó. La abrazó por la cintura... La aprisionó en la pared... Empezó a besarle en el cuello... Y a oír la respiración cada vez más agitada... Lamió uno de sus pezones... Aiki lo empujó y lo tiró a la cama... Xemnas empezó a acariciar las nalgas de Aiki... Aiki empezó a mordisquearle suavemente el lóbulo de su oreja... Xemnas se volteó... Empezó a lamerle el lóbulo...

Aiki: Ahhh...

Xemnas: ¿Te gusta?

Aiki: Sí...

Empezó lamer sus pezones, a bajar por su vientre, besándolo... Cuando la puerta sonó.

Krátero: ¡Nos vamos! - Su voz se oía desde el otro lado.

Ambos se pusieron de pie. Cogieron sus armaduras.

Aiki: No le cuentes esto a nadie.

Xemnas: Claro.

Ambos se pusieron las armaduras y bajaron. Allí estaban ya preparados Krátero y Alexis.

Alexis: Vámonos ya.

Krátero: Sí. Calixo, abra las puertas.

Calixo: ¡Abrid las puertas!

Los criados aparecieron. Abrieron las puertas del palacio.

Criados: Sígannos.

Los criados empezaron a salir. El grupo le siguió. Empezaron a recorrer la ciudad. Veían a los jóvenes niños correr por todas partes... Sin ser conscientes de su guerra...

Xemnas: La felicidad...

Aiki: Lo sé... Están muy felices...

Llegaron a las puertas. Los criados la abrieron. Quedaron frente a la playa. Y a la entrada del agua, estaban los barcos amarrados en ésta.

Krátero: Están en uno de esos barcos. Vámos a por él.

De repente, de un barco salió un bárbaro. Sin saber cómo, empezó a estirar sus brazos.

Alexis: Usa su Cosmos para alargar sus músculos, huesos y venas... Dejadme a mí...

Empezó a cargar Cosmos. De repente, sus músculos empezaron a aumentar. Estaba muy musculoso.

Alexis: Con mi Cosmos, aumento mi tensión muscular. Me da una gran fuerza sobrehumana. Id a buscarle.

Krátero: Mucha suerte. ¡Vamos en su busca!

Xemnas: ¡Sí!

Los 3 se fueron hacia los barcos. El bárbaro estiró sus brazos para agarrarlos, pero notó que una puño le apretaba el hombro con mucha fuerza.

Alexis: Primero, vénceme a mí.

Alexis le pegó un gran puñetazo en el estómago. Envió al bárbaro a volar. Alexis saltó hacia el bárbaro. Los músculos de sus piernas le permitían saltar muy alto. De repente, el bárbaro de agarró del cuello.

Alexis: ¡Mierda!

El bárbaro empezó a enrollarse sobre Alexis. Alexis apretaba, pero no se soltaba. Estaban empezando a caer.

- En un barco -

Alexis corría de amarre en amarre. Todos estaba dormidos. De repente, uno se despertó.

Bárbaro: ¿Qué haces aquí?

Xemnas cargó un gran Cosmos.

Xemnas: Vengo a por el sacerdote de Esparta.

Bárbaro: Ah, ese. Fue cargado en otro barco y llevado dirección Creta.

Xemnas: ¡Mientes! - Le lanzó Cosmos.

El bárbaro lo esquivó. Le pegó una patada en el éstomago.

Xemnas: Mierda...

Xemnas agarró su pierna, sacó su espada, y se la clavó en el gemelo.

Bárbaro: ¡Duele!

El bárbaro intenta pegarle en la cabeza, pero Xemnas se agacha y le golpea en el costado. El bárbaro le encaja a Xemnas una patada en el abdomen.

- En otro barco -

Aiki caminaba por la cubierta del barco. Apareció una mujer detrás suya.

Bárbara: Pareces... Que buscas pelea.

Aiki: ¿Te doy esa impresión?

Aiki se volteó y lanzó una ráfaga de vibración. La mujer la esquivó fácilmente.

Bárbara: Pareces bastante fuerte. Veamos qué puedes hacer... Con esto...

De repente, 20 serpientes salieron del distintos sitios y se enrollaron sobre la mujer.

Bárbara: Con mi Cosmos, creo una onda sonora hiptónica. Sólo las mentes de las serpientes pueden caer bajo mi gran yugo. Ahora, a ver qué sabes hacer.

La mujer lanzó las serpientes hacia Aiki. Aiki las esquivó rápidamente. Se acercó a ella. Le lanzó una ráfaga de vibración sobre el pecho. La mujer salió volando. Se estrelló con el mástil y lo rompió.

Mujer: Vaya, vaya, tienes mucha fuerza...

Aiki: Acabaré con esto de una vez.

Aiki empezó a cargar todo su Cosmos. Su luz empezó a completar todo el barco.

Mujer: ¡Qué Cosmos tan grandioso!

Aiki juntó las manos. Luego, las separó. Una esfera incolora ondulante giraba en la mano de Aiki. Aiki golpeó el suelo con la esfera... Se oyó un gran silbido, bastante molesto.

Mujer: ¡No puede ser!

- En otro barco -

Krátero: Aiki...

- Donde Aiki -

Aiki estaba sobre unos trozos de madera sobre el agua. Los cuerpos de los bárbaros del barco flotaban en el mar. Aiki saltó a la playa. Alexis estaba a punto de caer.

Alexis: Debo... Explotar mi Cosmos...

A 6 metros del suelo, una gran esfera de Cosmos rodeó a Alexis. El bárbaro salió volando. Alexis cayó al suelo de pie. Empezó a cargar Cosmos en su puño. Se impulsó en el suelo. En menos de un segundo, estaba frente al bárbaro. Le pegó una puñetazo en el stómago y el Cosmos Explotó.

- Donde Xemnas -

Xemnas: Ese parece Alexis.

Bárbaro: ¿Peleas?

Xemnas: Acabemos pronto con este aburrimento.

Xemnas: ¿Qué dices?

Xemnas cargó Cosmos en su puño. El Cosmos se transformó en electricidad. Le pegó un puñetazo al bárbaro.

Bárbaro: ¡Mierda!

Del barco salió una cantidad incesante de Cosmos. Al final, él estaba en el agua... Desmayado... Aiki corrió hacia él... Le cogió y empezó a moverlo...

Aiki: ¿Xemnas? ¡XEMNAS!

De repente, Xemnas abrió sus ojos.

Xemnas: No muero tan rápido.

Aiki: ¡Estás vivo! - Colocó la cabeza de Xemnas entre sus senos...

Xemnas: Síiii.... - Sonrojado.

Alexis: ¿Le encontrasteis?

Xemnas: Salió hoy en un barco, hacia Creta.

Krátero: ¿Cómo? - Acababa de desaparecer. - Volvemos al Palacio.

Entraron en la ciudad, y luego en el palacio. Se dirigieron a Calixo.

Krátero: Rey... Pólux salió hacia Creta.

Calixo: ¿Debeis marchar?

Krátero: Sí...

Calixo: Está bien... Joven Xemnas.

Xemnas: Dime.

Calixo: Deberías quedarte unos días. Aquí te adiestraremos. Luego, te llevaremos a Creta.

Xemnas: Debo ir.

Krátero: No. Xemnas, allí podemos encontrar peores enemigos. Mejor quédate aprendiendo con los atenienses. Te enseñarán a usar el Cosmos. Es una orden . - Añadió.

Xemnas: Beuno, vale...

Krátero: Nos marchamos.

Aiki: No tardes. - Le besó en la mejilla.

Los 3 salieron del Palacio... De la ciudad... Y de la playa.

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Mensaje  Nathan Hellsing Lun Abr 28, 2008 9:35 pm

Capítulo 6: Travesía A Creta.

Llevaban 2 semanas en el barco. Alexis, Krátero y Aiki estaban tumbados sobre el flote, dejando que el aire les impulsase.

Aiki: (Xemnas... Ojalá no fuera ésa la última vez que te viésemos...).

Alexis: ¿Echas de menos a Xemnas?

Aiki: ¿Qué dices? - Sonrojada.

Krátero: No me digas que...

Aiki: Un poco.

Krátero: Sé que le veremos pronto... En Creta... - Mirando al peñón que se veía al fondo. - Nos queda hasta que anochezca.

- En Creta -

Pólux estaba amarrado del cuello. su túnica estaba manchada de sangre. Sangre ajena. Hacían sólo unas pocas horas, torturaron físicamente a un prisionero muy cerca suya, tanto que acabó salpicado.

Bárbaro: ¡Vamos, vamos!

Pólux iba más rápido. Vio la gran puerta de Creta. Sin embargo, no iban hacia allí. Se desviaban, bordeando el muro exterior.

Pólux: (¿Dónde nos estarán llevando?).

De repente, vio una gran cueva, al otro lado de la playa desde donde desembarcaron. Llevaban varias horas andando. Llegaron a la cueva, y empezaron a desempaquetar. Los prisioneros fueron sentados.

Bárbaros: A quien se mueva lo matamos.

Pólux se quedó callado. Esperaba alguna esperanza.

- En el barco -

Ya era de noche. Estaban a pocos metros de la playa.

Krátero: Preparémonos.

Agarraron los remos y empezaron a remar. Finalmente llegaron a la playa, sudando sin parar.

Alexis: Por fin llegamos... Después de 2 semanas.

Aiki: ¿Qué hacemos ahora?

Krátero: Lo mejor será... Buscar por los alrededores.

Aiki: Sí...

Aiki cogió un trozo de madera del suelo, con forma de vara. Cogió una piedra y empezó a frotarla a la madera. La madera empezó a arder por su extremo. Alexis la agarró.

Alexis: Ya tenemos antorcha. Vámonos.

krátero: Sí.

Empezaron a vaguear la playa. Llegaron frente a la puerta. Empezaron a bordear el muro por su derecha. Llegaron a una zona arenosa, lleno de rocas y cuevas. Empezaron a mirar de cueva en cueva.

Krátero: Aquí no está. - Mirando una cueva.

Alexis: Aquí tampoco. - Mirando otra.

Aiki: Ni aquí.

Krátero: Es muy tarde. Mejor que durmamos y montemos guardia.

Alexis: Yo haré la 1º.

Krátero: Muy bien. Luego Aiki y luego yo. Aiki, durmamos.

Aiki: Vale...

Alexis juntó unas maderas que fue en el suelo, y con la antorcha, hizo una hogata. Todos la rodearon. Krátero y Aiki se cubireron con sus mantas. Aiki no podía dormir... Echaba algo de menos...

Aiki: (Xemnas... Ven pronto, por favor... Yo... Te quier...).

Krátero: Le quieres...

Aiki: Creo que sí...

Krátero: Tengo la presencia... De que ese aprendiz a sacerdote va a dar mucho que dar en el futuro...

Aiki: Apenas sabe luchar...

Krátero: Y sin embargo, sin saber que poco podría hacer, se enbarcó en un tan peligroso viaje. La fuerza de su Cosmos es... El coraje para defender aquello que le importa... Siempre pasa igual... Seguro que ahora debe estar matándose a entrenar como un burro.

- En Atenas -

Xemnas estaba tirado al suelo. Su túnica azul estaba manchada de sangre.

Xemnas: Dios...

Cástor: Llevas 4 días sin comer ni dormir. Además, en estos 15 días sólo dormiste 6 horas. Eres impresionante.

Xemnas: No... Aún... Debo mejorar... - Cargó electricidad en su puño y se dirigió corriendo hacia Cástor.

- En Creta -

Aiki: Confío en él.

Al final se quedó dormida... Acabó la noche... Y empezaron a circular y a buscar. Entraron en una especie de bosque.

- Donde Pólux -

Pólux era obligado a andar, junto al resto de los prisioneros.

Pólux: ¿Adónde vamos?

Bárbaro: Al centro del Laberinto.

Pólux tragó saliva. Conocía bien ese Laberinto. Era mitológico... El Laberinto de Creta... El Laberinto... Del Minotauro. Se encontraron frente a la puerta del Laberinto. Era aterrador, de paredes altas de piedra.

Bárbaro: ¡Entrad!

Empezaron a circular entre los muros. En los muros blancos, detallaron dibujos del Minotauro devorando personas... Empezaron a cruzar esquinas. No sabían dónde se encontraban... Estuvieron muchas horas andando... Ya empezaba a atardecer.

Bárbaro: ¡Descansamos!

Al final, pararon. Llevaban horas andando. Se sentaron en el suelo. De repente, se oyó un gran rugido.

Pólux: ¡El Minotauro!

Bárbaro: ¡Vamos!

Un grupo de bárbaros empezaron a recorre por su cuenta el Laberinto. De repente, muy lejos, se oyeron gritos de esos bárbaros.

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Spartan Ligthning Warrior Empty Re: Spartan Ligthning Warrior

Mensaje  Nathan Hellsing Miér Abr 30, 2008 8:53 pm

Capítulo 7: Gladios.

Krátero oyó un rugido.

Alexis: Es el Minotauro. Su rugido se oye en cualquier parte de Creta.

Aiki: ¿Pensáis que...?

Krátero: Es una posibilidad. Sin embargo, primero debemos...

Alexis: ¿Es el momento?

Krátero: Creo que a Gladios le resultará alegre verme.

Alexis: ¿Le conoces?

Krátero: Claro. Mejor, entremos en la ciudad.

Se acercaron a la puerta.

Krátero: Somos soldados espartanos.

Las puertas se abrieron. Los guardias le miraron con mirada aguda.

Guardias: Sois espartanos. ¿Quieren hablar con el Rey?

Krátero: A eso venimos, en nombre de Litarco.

Guardia: Yo le guío.

Krátero: Gracias.

Empezaron a seguir al guardia. Charlaban mientras andaban.

Guarida: Creta aún mantiene una política pacífica. No tenemos una gran fuerza. Tengo entendido que los persas están continuamente atacando Grecia. Son muchos.

Krátero: Nosotros más. Venimos de Atenas.

Guardia: ¿Y porqué viene aquí?

Krátero: Buscamos a cierta persona que fue raptada.

Guardia: Ya veo... Bueno, aquí estamos.

El guardia abrió, y entraron. Era una gran sala, iluminada y con varias columnas de origen jónico. Por las ventanas entraba una luz dorada.

Krátero: Soy Krátero, espartano. Vengo de mensajero de Litarco, rey de Espartan. Solicitamos audiencia con el rey Gladios.

De repente, un hombre anciano, de pelo largo gris y barba larga de mismo tono iba bajando con precaución por las escaleras.

Gladios: ¡Krátero!

Krátero: ¡Gladios! ¿Cómo está?

Gladios: Bien. ¿A quén vienen?

Krátero: Necesitamos ayuda.

Gladios: ¿Ayuda? ¿Para qué?

Krátero: Una tropa persa desembarcó a escondidas. Llevan un gran número de prisioneros griegos. Entre ellos, Pólux, sacerdote del Templo de Ares, nuestro Dios.

Gladios: ¿Ayuda militar?

Krátero: En parte, sí.

Gladios: Está bien... ¡Adrión!

De repente, aparece un hombre de unos 40 años, de un pelo verde oscuro.

Adrión: Dime, mi rey.

Gladios: Prepara al grupo de examinnación. Debéis buscar a persas.

Adrión: Está bien. Vengan conmigo.

Los 3 le siguieron. Cruzaron una puerta trasera del Palacio. Llegaron a un cuarto lleno de armas y corazas, bien colocadas.

Se acercó a una campana colgada en el techo. De repente, un grupo de hombres preparados entraron en la sala.

Adrión: Estamos preparados.

Krátero: Bien, marchemos.

Empezaron a salir. Cruzaron la ciudad, por sus callejas, llenas de casas y niños con túnicas sucias corriendo de un lado a otro.

Alexis: Aquí no tienen la Agogé.

Llegaron a la puerta. La abrieron y salieron. Las puertas se cerraron.

Adrión: ¿Por dónde buscaron?

Krátero: Por la zona arenosa y el bosque el Este del muro.

Adrión: Ya veo. Busquemos en la zona Este.

Empezaron a bordear el muro. Llegaron a una zona muy arenosa. Iban mirando roca tras roca, pero nada. Luego, a un bosque, y fueron mirando de tronco en tronco, de hierba en hierba, pero nada.

Alexis: ¿Dónde estarán?

Akai: Sigamos al frente.

Llegaron a una gran cueva. Encontraron unas telas. Krátero cogió una.

Krátero: Son de ovejas griegas. El sudor es aún notable. Pasaron por aquí.

Alexis se acercó a los palos que quedaron de una hoguera.

Alexis: Y montaron campamento.

Adrión: ¿Adónde fueron?

De repente, Akai miró algo.

Akai: ¡Mirad esto!

Les llamó. En la pared, con un objeto afilado, estaban dibujados unos símbolos extraños. Krátero pasó la mano por el cuneiforme.

Krátero: Está reciente el dibujo. Analicémoslo.

Empezaron a mirarlo. Estaban dibujados una especia de personas dentro de un gran círculo. Cerca de ese círculo estaba ubicado un círculo aún mayor, con triángulos dentro.

Alexis: El dibujo pequeño es la cueva y el grande la ciudad...

Aiki siguió mirando. Cerca de la ciudad, estaba dibujado muy cerca un cuadrado, con muchas líneas horizontales y verticales, que se unían a modo de recordar el dibujo de un laberinto.

Aiki: ¡El Laberinto del Minotauro!

Krátero: Eso quiere decir que... Ellos están...

Alexis: ¿En el Laberinto?

Krátero: Si. Adrión, vuelve con tus tropas y dale la información al rey.

Adrión: ¿Y vos?

Aiki: Entraremos en el Laberinto.

Adrión: ¡No saldréis con vida!

Krátero: Confía en nosotros. Somos espartanos.

Adrión miró a los ojos a cada uno de los espartanos. Tenían miradas que indicaban una gran fuerza interior. Quiso confiar en ellos.

Adrión: Está bien, daremos la orden.

Krátero: Gracias.

Los 3 empezaron a partir. Cruzaron una zona arenosa. al final, llegaron a unas gran puertas de piedra blanca tallada.

Krátero: Entremos.

Alexis: Sí.

Empezaron a cruzar. Empezaron a doblar esquinas. Al poco rato...

Aiki: ¿Dónde estamos?

Krátero: No lo sé.

Alexis: ¿Nos perdimos?

De repente, se oyó un gran rugido.

Alexis: ¿El Minotaru?

Krátero: Está cerca.

Aiki: No. Estas paredes crean un eco, por lo que hace que no se pueda saber en qué dirección ni distancia viene el ruido. Confiad en mí; soy una experta en lo que el sonido se refiere.

Alexis: Tienes razón. ¿Puedes seguirlo?

Aiki: Sí. Seguidme.

Empezaron a doblar esquinas. Al cabo de un rato, llegaron a lo que parecía el final: Un gran agujero en el suelo.

Alexis: Eres impresionante.

Aiki: Lo sé.

Ambos se tiraron por el agujero. Cayeron de pie. Estaban en una cueva. Oyeron un rugido. Estaba oscuro. Se volteraron. Era él. El Minotauro.

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Mensaje  Nathan Hellsing Jue Mayo 01, 2008 2:22 pm

Capítulo 8: Minotauro.

Se giraron. Era un cuerpo masculino, musculoso, de unos 2 metros de altura. Le envolvía un pelaje propio negro. Sus piernas acababan en pezuñas. Su cara era la de un toro, hasta le adornaban unos cuernos. Era, sin duda, el Minotauro. Por su boca emanaba

Minotauro: ¿Quiénes sois?

Aiki: ¿Sabe hablar?

Minotauro: En parte, soy humano, aunque lo dudéis. ¿Qué hacéis aquí?

Krátero: Venimos a buscar a unos prisioneros.

Minotauro: Ah, sí; mi presa.

Krátero: No lo permitiremos. - Sacó su espada.

Minotauro corrió hacia Krátero, pero éste le esquivó. Saltó hasta afuera de la cueva de un solo salto. Alzó su mano. Sobre ella, empezó a formarse una roca que empezó a aumentar de tamaño, hasta tener la de un adulto.

Minoaturo: Con los minerales de mi sangre, unido a mi Cosmos, puedo invocar minerales y juntarlos o separarlos.

Lanzó la roca hacia Krátero. Krátero lanzó una lanza de acero que creó a una gran velocidad. La roca se partió.

Krátero: Tenemos poderes parecidos.

Minotauro alzó ambas manos. Creó 2 rocas. Las lanzó hacia Aiki y Alexis. Aiki le lanzó una ráfaga vibratoria, con lo que partió la roca en varios trozos. Alexis aumentó sus músculos y le pegó a al roca, partiéndola.

Minotauro: Vaya vaya, sois algo difíciles.

Los 3 saltaron y salieron de la cueva. Minotauro corrió hacia Alexis. Alexis lo esquivó y le pegó una patada, mandándolo a volar. Minotauro salió volando, atravesando las paredes del Laberinto. Hasta salir de él. Los 3 salieron también. Krátero le lanzó una gran roca de acero, pero éste la esquivó. Aiki le pegó una patada en el suelo, rasgándolo. La línea rasgadora se acercaba hacia Minotauro, pero saltó. En el aire, Alexis le pegó una gran patada en la cabeza.

Minotauro: No sois unos debiluchos.

Minotauro corrió hacia Aiki. Aiki saltó a un lado. Pero Minotauro la agarró de la pierna y la lanzó. Parecía dirigirse a estrellarse contra el tronco de un grandísimo árbol, de espaldas.

Alexis: ¡AIKI!

De repente, Aiki se sintió parada y agarrada por detrás. Fue cayendo suavemente sobre una gran rama. Alguien la apostró con cuidado. Ella pudo ver la cara de esa persona que la agarró.

Aiki: Xemnas...

Xemnas: Estoy aquí. - La besó en la frente. - Espérame.

Aiki: Vale...

Xemnas llevaba una túnica negra con líneas blancas, que dejaban sus brazos al descubierto, y los pantalons por debajo de las rodillas. Llevaba unas sandalias negras, que sólo quedaban al descubierto los dedos. Además, unos guantes negros, desde las muñecas, quedando al descubierto los dedos. Su espada la llevaba en la espalda, en una funda que iba desde su hombro izquierdo hasta su cadera derecha.

Krátero: ¡Xemnas! ¡Cuándo viniste?

Xemnas Hace unas pocas horas salí nadando de Atenas.

Hasta Minotauro se puso nervioso. Existían varios kilómetros desde Atenas hasta Creta.

Krátero: (Su expresión infantil maduró... Qué serio...).

Xemnas: Id a por Aiki; yo me encargo del torito bonito.

Alexis: Vale.

Krátero y Alexis se fueron.

Xemnas: Torito bonito, ¿debo sacarte a pasear?

Minotauro: ¿Cómo me llamaste?

Xemnas cargó un rayo en la mano y se lo lanzó. El Minotauro lo esquivó. Vio que el rayo atravesó todo el bosque y destruyó cientos de árboles.

Minotauro: (Este chico es peligroso... Debo tener cuidado).

Xemnas apareció tras Minotauro. Desenvainó y le hizo un corte en la espalda de abajo-arriba, que hizo sangrar a Minotauro.

Minotauro: (¡Qué velocidad!)

Minotauro se Volteó, e intentó darle un golpe con el puño derecho a Xemnas, pero Xemnas le agarró el puño y le dio una patada en el abdomen, mandándolo a volar en horizontal, mirando hacia arriba. De repente, antes de tocar el suelo, Xemnas apareció encima suya. Le agarró de los hombros y colocó sus piernas flexionadas sobre el vientre de Minotauro. Las estiró, con lo que hizo golpear al Minotauro y hacerle caer al suelo. Xemnas se impulsó. En el aire, hizo caer un rayo sobre Minotauro. Fue un disparo certero. Minotauro sangraba.

Minotauro: Mierda...

Xemnas cayó de pie sobre el abdomen de Minotauro.

Minotauro: ¡AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!

Xemnas le clavó la espada en el cuello.

Xemnas: (Acabé con esto. Debo ir a por Aiki).

- Donde Aiki -

Aiki: ¿Y Xemnas?

Krátero: Tranquila, estará bien.

Aiki: Le quiero...

¿?: Y yo a ti.

Aiki se dio la vuelta. Era Xemnas.

Aiki: ¡Xemnas! - Se abrazó a Xemnas.

Xemnas: Tranquila... Estoy bien... - La abrazó tiernamente.

Aiki: Me preocupé por ti...

Xemnas: Lo siento por preocuparte...

Aiki: No... No pasa nada... Lo importante es que estás bien...

Xemnas: ¿Y los prisioneros?

Krátero: En la cueva.

Xemnas: Vamos a por ellos.

Xemnas cogió a Aiki en brazos.

Aiki: ¿Xemnas?

Xemnas: Me apetecía cogerte... Si no te importa...

Aiki: Claro que no... - Rodeando con sus brazos el cuello de Xemnas.

Los 4 bajaron a la cueva. Estaba oscura.

Xemnas: Dejadme a mí. - Empezó a brillar con una luz eléctrica.

Krátero: Bien... ¡Una puerta!

Se dirigieron a la puerta. Estaba sellada. Xemnas le pegó una patada, y se rompió. Dentro, estaban muchas personas... Entre ellas...

Xemnas: ¡Pólux!

Xemnas se acercó al anciano.

Pólux: Vinieron a por mí...

Xemnas: No íbamos a dejarte así. Vayámonos de aquí.

pólux: Sí...

Empezaron a desatar a todos los prisioneros. Krátero creó una rampa desde el suelo hasta la salida a la cueva.

Krátero: Subid por aquí.

Empezaron a subir. Al final, salieron por el agujero que produjo Minotauro. Corrieron a la ciudad, y se acercaron a la puerta.

Krátero: Soy Krátero de Esparta, abrid.

Abrieron la puerta. Los prisioneros entraron. Llegaron al Palacio, y entraron. Se dirigieron al rey.

Krátero: My rey, le pedimos que nos deje un barco para irnos a Esperta, somos muchos y en el nuestro no cabemos.

Gladios: Vale, id al puerto. Buen viaje.

Krátero: Gracias, my rey.

Salieron, y fueron al puerto. Les esperaba un gran barco.

Krátero: ¡Subamos!

Todos subieron, y pusieron rumbo a Esparta.

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Mensaje  Nathan Hellsing Sáb Mayo 03, 2008 1:02 pm

Capítulo 9: Titán.

Litarco estaba acostado en su cama, junto a su esposa. De repente, por la ventana, entró alguien. Se acercó paso a paso a la cama de Litarco. Se colocó frente a él... Desenvainó una espada... Procuró estocarla en el pecho de Litarco... Pero notó cómo una mano sujetaba la hoja.

Litarco: ¿Qué haces aquí? - Susurrando.

¿?: Vengo a matarte.

Litarco le pegó una fuerte patada, que lo envió afuera de la ventana. Litarco agarró sus espadas, saltó por ella, y salió a la calle. Frente a él, un hombre de pelo blanco, ojos azules, y una túnica negra con coraza. Ese aspecto sólo unos pocos lo tenían... Era...

Litarco: ¿Eres un Dios?

Temis: Me llamo Temis.

Litarco: Temis... Uno de los 12 Titanes...

Temis: Sí...

Litarco: ¿Qué queréis?

Temis: Verás... Queremos el control de Grecia.

Litarco: ¿Para qué?

Temis: Para desafiar... El Monte Olimpo...

Litarco: ¿Derrotar a los Dioses? ¡No lo permitiré!

Temis: Inténtalo.

Alrededor de Litaarco empezó a recorrer un dragón hecho con fuego.

Litarco: Mira... Esto...

Litarco lanzó el draghón hacia Temis. Las llamas provocaban la imposibilidad de visión durante unos instantes. Al poder volver a ver, Litarco vio que... Temis aún estaba... Sin un rasguño...

Litarco: ¡Imposible!

Temis: Soy un Titán. Ese truco no vale conmigo. Somos poderosos. Controlamos a los hombres. Nosotros somos los causantes de vuestra guerra. Digamos que... Le ofrecimos al rey persa algunas cosas y...

Litarco: ¡Me cago en vosotros!

Litarco corrió hacia Temsi. Ambos se encontraron. Litarco procuró darle un puñetazo en la cara, pero Temis giró el cuello a un lado. Temsi agarró el brazo de Litarco y empezó a apretar muy fuertemente.

Litarco: ¡AAARRRGGHHHH!

Temis: Duele, ¿eh?

Temis apretó muy fuerte. De repente, notó como si sus huesos se rompían.

Litarco: ¡AAAAAAAAAAARRRRRRRRRGGGGGGHHHHHHHHH!

Temis: Y esto no acaba...

Temis apretó muy fuerte... La presión snguíne hizo que la sangre agujerease la piel de Litarco y saliera a chorros. Temis lo soltó.

Temis: Duele, ¿verdad? - Le agarró del cabello.

Litarco: Cueste lo que cueste... No dejaré que... Destruyas Grecia...

Litarco se puso de pie y le lanzó una ráfaga de fuego. Temis salió volando. Crecó un dragón de fuego. Temis creó otro.

Litarco: ¡Qué?

Temis: Podemos usar los 5 Elementos a nuestro placer... El poder de los Titanes... Por eso... El Olimpo nos pertenece...

Litarco: No te lo crees ni tú. - Lazó su dragón.

Temis lanzó el suyo, y ambos chocaron. Se produjo una rágafa de energía entre ambos. Ambos empujaban hacia el otro.

Litarco: (Tú... Puedes...).

La ráfaga se acercaba a Temis...

Litarco: (Un poco más...).

La ráfaga golpeó a Temis. Se produjo una pequeña explosión.

Temis: Si crees que con eso puedes vencerme... Lo llevas claro...

Litarco corrió hacia el Titán. Le golpeó en en abdomen... Temis notó un gran dolor punzante de golpe...

Temis: ¿Una daga de Cosmos?

Litarco: No subestimes... La rey de Esparta... Lucho por Ares... Él nunca me dejará tirado... Lo sé...

Temis: ¿Crees que tu patético Dios vendrá a por ti?

Litarco: Él... Me presta su fuerza... ¡Cosmos, arde!

La daga iba penetrando y ampliándose dentro del cuerpo del Titán.

Litarco: ¡Domina el fuego! ¡Hefesto, dame tu poder! ¡Ayúdame a luchar contra nuestro enemigo común!

De repente, las espadas de fuego en la espada de Litarco brillaron. Litarco las desenvainó. Una mano le dolía mucho. Cuando la blandía en el aire, se producía un fuego. La corriente de fuego a causa del movimiento de la espada... Era algo... Sobrenatural...

Litarco: Las Espadas de Hefesto. Sólo alguien de Cosmos Fuego puede usarlas. Estas espadas se calientan con mi Cosmos. Al moverse, produce una ascensión de temperatura en el oxígeno cercano que hacer arder. Y ahora... Verás por qué soy el rey de Esparta...

Dio unos pasos atrás. Empezó a blandirlas muy rápido. Al poco rato, una esfera ígnea le rodeaba. Era algo sobrenatural.

Temis: ¿Qué piensas hacer?

Litarco corrió hacia Temis. En el último momento, al estar a menos de un metro de Temis, le clavó las espadas en su pecho, y disparó todo su fuego de un solo golpe... Dio unos pasos atrás... Temis estaba de rodillas, sangrando muy rápidamente...

Temis: Imposible... Eres demasiado poderoso...

Litarco: ¿Para ser un Mortal? Pero soy... Rey de Esparta...

Temis se puso de pie.

Temis: Ya nos veremos, rey.

Litarco se deshizo en llamas y desapareció.

Litarco: Vete de aquí... Cobarde...

- Al día siguiente, en el barco -

Aiki y Xemnas estaban tumbados en la cama, desnudos bajo una manta.

Aiki: Me alegro de que volvieses.

Xemnas: Y a mí. Te eché de menos. - Le cogió de las manos. - Oye... ¿Crees que tu padre me aceptará como próximo rey?

Aiki: ¿Cómo no va a aceptarte, con lo bueno que eres?

Xemnas sonrió.

Aiki: Eres muy tierno cuando sonríes.

Xemnas Y tú... - La besó.

Aiki: Sé que serás un excelente rey... Y un excelente marido...

Xemnas: Me esforzaré... Por ti.

Aiki: ¡Qué lindo eres! - Le abraza por el cuello.

Xemnas: Jeje... - Sonrojado.

De repente, se oye una voz de fuera...

Alexis: ¡Esparta a la vista!

Ambos se ponen de pie. Se ponen sus túnicas y salen. Efectivamente, ven la playa de Esparta... Por fin en casa...

Alexis: No queda mucho.

Krátero: No.

Al final, llegan a la playa. Desembarcan a los prisioneros.

Krátero: Alexis, encárgate de los prisioneros.

Alexis: Vale. ¡Seguidme!

Krátero: Pólux, debes venir con nosotros.

Pólux: Vale.

Todos entraron a la ciudad. Aiki, Krátero, Xemnas y Pólux entraron en Palacio. Se dirigieron a Litarco. Llevaba un brazo vendado.

Krátero: ¿Le pasó algo, señor?

Litarco: Nos enfrentamos a unos enemigos temibles.

Xemnas: ¿Más que los persas?

Litarco: Los Titanes.

Todos se quedaron temblando.

Pólux: Vaya, vaya... Otra vez.

Xemnas: ¿Pólux? ¿A qué te refieres?

Pólux: Al principio, los Titanes controlaban la Tierra. Eran hijos de Urano y Gea. Uno de ellos, Kronos, asesinó a Urano. Se creó la maldición de que tal como Urano murió a manos de Kronos, Kronos moriría del mismo modo. Kronos tuvo 6 hijos. Se comió a 5 de ellos. Sin embargo, el que aún estaba vivo, mató a su padre. Se llama... Zeus. Al alzarse Zeus, con la ayuda de Prometeo, hijo del Titán Japeto, venció a los Titanes. Ahora, los Titanes vendrán para destituir a Zeus.

Xemnas: Luchar... Contra Dioses...

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Spartan Ligthning Warrior Empty Re: Spartan Ligthning Warrior

Mensaje  Nathan Hellsing Lun Mayo 05, 2008 7:40 pm

Capítulo 10: El Mensaje.

Xemnas estaba en el Templo, tirado en el suelo.

Xemnas: (Ya que salvé a Pólux... ¿Serviré para algo más?).

De repente, aparece Aiki.

Aiki: Ho... Hola.

Xemnas: ¿Qué tal? - Levantándose rápidamente.

Aiki: Bien, ¿y vos?

Xemnas: Bien... Oye... ¿Me aceptarán en el ejército?

Aiki: Demostraste tener aptitudes para ello. Sin duda, serás un gran guerrero. Confío en ti.

Xemnas: Gracias... Tienes razón...

Aiki: Tienes un gran corazón.

Xemnas: Sólo que... Tengo miedo...

Aiki: De los Titanes.

Xemnas se le quedó mirándola.

Xemnas: Exacto.

Aiki: Y yo... Pero parece ser... La Voluntad de los Dioses...

Xemnas le pegó una fuerte patada al suelo.

Xemnas: No aceptaré... Su Voluntad... - Algo enojado.

Aiki: Xemnas...

Xemnas: Moriré si hace falta. Lucharé hasta el límite.

Aiki: Xemnas...

Xemnas: Para protegerte. Para proteger mi mundo.

Aiki: Eres tan valiente. - Le besó en la mejilla.

Xemnas: Mis labios quieren probar el sabor de los tuyos...

Aiki: No, en el Templo no.

Xemnas: Tienes razón.

Aiki: Mejor que vayamos al campo de adiestramiento real.

Xemnas: ¿Se me dejará pasar?

Aiki: Por supuesto. Si vas conmigo.

Xemnas: Wii...

Ambos salieron del Templo y entraron en el palacio. Litarco estaba en el campo de adiestramiento. Frente a él, un arquero tensaba una flecha.

Litarco: Mira esto, joven.

Xemnas: De acuerdo.

Litarco: Nûn. (Ahora).

El arquero lanzó la flecha. Litarco juntó ambas palmas... Y la punta de la fleach quedó parada entre ambas... La paró agarrándola con las palmas de las manos. Xemnas esptaba patidifuso.

Litarco: Si quieres ser guerrero, deberías mejorar tus reflejos. Inténtalo.

Xemnas: O... Ok. - Asustado.

Xemnas se colocó. El arquero tensó una flecha.

Xemnas: (No te asustes...).

El arquero disparó hacia el corazón de Xemnas. Xemnas lanzó una ráfaga de Cosmos que desvió la flecha. Ésta se clavó en su costado.

Aiki: ¿Estás bien? - Acercándose a él.

Xemnas: No... Es nada... Tranquila. - Sacándose la flecha.

Litarco: ¿Quieres otra vez?

Xemnas: Sí. Debo mejorar.

Litarco: Está bien.

El arquero tensó una flecha.

Xemnas: Nûn.

El arquero disparó. Xemnas se lanzó a un lado.

Litarco: Nada mal... Buena velocidad...

De repente, entra un soldado. Parecía agotado de correr.

Litarco: Descanse soldado.

Soldado: Mi señor... Nuestros pescadores avistaron barcos persas...

Todos se quedaron callados y sorprendidos.

Litarco: ¿A qué distancia?

Soldado: A unos 4 días, aproximadamente.

Litarco: ¿Cuántos?

Soldado 350 barcos muy grandes.

Litarco: (El ejército entero). Puedes irte.

Soldado: Gracias, mi señor. - Se fue.

Litarco: Ya se hace de noche... Podéis iros...

Xemnas: No. Yo me quedo.

Aiki: ¡Xemnas!

Xemnas: Mi rey... Debo quedarme. Debo mejorar con el arco.

Litarco le miró a los ojos.

Litarco: (Esos ojos muestran un gran coraje). Está bien.

Xemnas: Gracias.

Todos se fueron menos Xemnas y el arquero.

Xemnas: Nûn.

El arquero disparó y...

- Ya de noche -

Aiki salió de su cuarto. Bajó al campo de adiestramiento. Aún estaba Xemnas, entrenando.

Aiki: Xemnas... - Susurrando.

¿?: ¿Estás preocupada?

Aiki se asustó y se dio la vuelta.

Aiki: ¿Alexis? ¿Qué haces aquí?

Alexis: Viendo a Xemnas. Lleva horas entrenando.

Aiki: Es un insensato.

Alexis: Puede... ¿No lo ves?

Aiki: ¿El qué?

Alexis: Ese chaval fue expulsado de la Agogé. Lleva toda la vida deprimido, por no poder ser mejor. Ahora que se le necesita, quiere estar a la altura. Quiere ser mejor.

Aiki: ¿Para matar mejor?

Alexis: No. Para protegerte mejor.

Aiki: ¿Qué?

Alexis: No sé si lo sabes, pero él te quiere mucho...

Aiki: Y yo a él...

Alexis: Pero... Cree que no es lo suficiente para ti. Quiere darte lo mejor. Quiere hacerte feliz. Quiere protegerte. A ti y a los demás que le importan.

Aiki: Y yo no me dejo besar...

Alexis: De eso se me quejó.

Aiki: ¿Qué?

Alexis: Me dijo que le hacía sentir mal, ya que parecía no poder tener ningún derecho de estar con quien quiere.

Aiki: A mí me pasa igual.

Alexis: Por eso.

Aiki: ¿Eh?

Alexis: Una princesa espartana sólo puede casarse con un héroe o rango superior. Por ello, él quiere ser héroe...

Aiki: ¿Para poder pedir mi mano?

Alexis: Por supuesto.

Aiki: Xemnas... Por eso entrena tanto... También para estar conmigo...

Aiki: Sí...

De repente, se oyó un cuerpo caer. Xemnas cayó al suelo.

Aiki: ¡Xemnas! - Fue a por él. Le cogió. Estaba insconciente.

Alexis: Tranquila... Está bien...

Aiki: Vale...

- A la mañana siguiente -

Xemnas despertó en su cama. Notaba la vaga sensación de que algo agarraba su mano... La miró... Era otra mano... Vio que, en una silla, a su lado, estaba Aiki dormida, con el tronco apoyado en el borde de la cama.

Krátero: No se separó de ti un solo segundo.

Xemnas intentó moverse, pero notaba un dolor punzante.

Krátero: No entiendo cómo no te desangras después de recibir un flechazo en el costado. Quizás sea porque usaste el Cosmos para desviarlo.

Xemnas: Debo entrenar.

Krátero: Te daré un consejo.

Xemnas: Te escucho.

Krátero: Usa los 5 sentidos. Usa tu Cosmos para aumentar tus reflejos.

Xemnas: Gracias... - Se acerca al oído de Aiki. - Despierta, preciosa.

Aiki se despierta.

Aiki: ¿Qué tal?

Xemnas: Bien, ¿y tú? - Poniéndose de pie.

Aiki: ¿Adónde vas?

Xemnas: Ven... Ya sé cómo hacerlo.

Aiki: Está bien, veamos.

Llegaron a la sala de adiestramiento. 4 arqueros tensaron sus flechas. Xemnas sujetaba una espada.

Litarco: (Está loco).

Xemnas: (Subiré la presión cerebrla con mi Cosmos...). Nûn.

Las 4 flechas se dispararon. Xemnas estaba preparado. Xemnas, rápidamente, cortó una flecha por su longitud. Agarró una flecha entre los dedos índice y corazón; otra, entre el corazón y el anular; y la otra, entre el anular y el meñique de la mano que no sujetaba la espada. Rápidamente, saltó a la pared de atrás, y en el aire, lanzó las 3 flechas. Cada una se clavaron a un centímetro de los pies de los 3 arqueros a los que le cogió las flechas. Aterrizó frente al 4º, colocándole la punta de la espada en el cuello, frente a él.

Litarco: Impresionante.

Aiki corrió hacia él.

Aiki: Bien hecho, amor. - Le besó.

Todos se quedaron callados y sorprendidos.

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Spartan Ligthning Warrior Empty Re: Spartan Ligthning Warrior

Mensaje  Nathan Hellsing Dom Mayo 11, 2008 2:30 pm

Capítulo 11: Instinto Salvaje.

Litarco se acercó a ambos, y los separó con un rostro serio.

Litarco: A mi habitación.

Empezaron a subir los 3 a la habitación. No dejaban de mirarse entre ellos.

Aiki: (Metí la pata).

Xemnas: (Aiki, no es tu culpa).

Al final, entraron en el cuarto. Cerraron la puerta y las ventanas.

Litarco: ¿Qué os pensáis? Xemnas, eres un buen chaval y todo eso, pero... Aún no eres merecedor de una princesa.. Por eso... Te pido... Que no...

Xemnas: Lo siento... No puedo...

Aiki: Padre, por favor...

Xemnas se quedó con la cabeza baja. Lágrimas caían silenciosamente de sus ojos, empapando sus mejillas, mordiéndose los labios.

Aiki: Xemnas...

Xemnas: Le juro... Por mi vida... Que la protegeré siempre... Aunque me cueste la vida... Aunque no sea un héroe... Nunca dejaré de defenderla con toda la fuerza de mi Cosmos... Aunque muera...

Litarco: (Este joven... Está... Arriesgándose...).

Aiki: Xemnas... No digas eso...

Xemnas: Sólo quiero que seas feliz... Aunque me cueste la vida... Pase lo que me pase, sólo quiero que estás bien...

Aiki: Tonto... ¿Cómo voy a estar feliz si tú sufres? Tú me importas mucho... Prefiero que me pase lo peor a que te pase algo malo...

Xemnas: Gracias... ¿Tanto te importo?

Aiki: Mucho más de lo que te imaginas...

Litarco: Bueno... Podéis estar juntos... Ya que al fin y al cabo... Ella te quiere bastante...

Aiki: Gracias...

Litarco: Aunque hasta que no seas héroe... No podrás casarte con ella.

Xemnas: Me parece bien.

Litarco: Bueno... Mejor vayámonos fuera.

Xemnas: Sí, mejor.

Litarco: En 3 dçias, tendremos la batalla de nuestra vida. Prepárate bien, chaval, será muy duro.

Xemnas: Claro. - Se fue del Palacio.

- Por la noche -

Xemnas estaba durmiendo en su cama. Una sombra encapuchada entraba en el sitio. Estaba cubierto por la cara. Sacó una daga ensangrentada de la túnica que le cubría todo el cuerpo. Acercó la daga hacia Xemnas, con intención de clavársela. Al estar la daga a un centímetro de su cuello, él la agarró de un golpe, y abrió los ojos.

Xemnas: Vaya bienvenidas que me haces...

La persona se quitó la capucha.

Aiki: Sabía que así despertarías.

Xemnas: ¿Quieres dormir... Conmigo? - Haciendo hueco en la cama.

Aiki: Si no te importa...

Xemnas: ¿Cómo me va a importar dormir con mi niña?

Aiki: Vale... - Metiéndose en la cama. - Tengo frío.

Xemnas la abraza.

Xemnas: ¿Tienes menos?

Aiki: Sí... - Sonrojada.

Xemnas empieza a besarla en el cuello.

Aiki: Esto me apetecía más.

Xemnas se colocó sobre Aiki... Empezó a besarla el cuello... Mientras que introducía las manos bajo la túnica de Aiki... Empezó a lamer su lóbulo... Su mano bajaba por su abdomen... Acariciando su entrepierna...

Aiki: Sí... Gue...

Xemnas introdujo con cuidado un dedo... Empezó a moverlo con cuidado...

Aiki: Lo haces bien...

Xemnas le quitó la túnica. Empezó a lamer los pezones de Aiki... Iba bajando por el cuerpo de Aiki, lamiéndolo... Hasta que su lengua rozó su entrepierna lentamente...

Aiki: Dios...

Xemnas empezó a lamer su concha muy rápido... Aiki curvaba su espalda una y otra vez... De su boca, su respiración se volvía cada vez más irregular... Introdujo su lengua en la concha... Empezó a moverla muy rápido... Aiki empezó a gemir fuertemente...

Aiki: Su... Be...

Xemnas empezó a subir por el cuerpo de Aiki, lamiéndolo... Pasó la lengua alrededor de un pezón... Empezó a besar su cuello...

Aiki: Me toca...

Aiki colocó a Xemnas bajo ella... Empezó a quitarle la túnica... Lamió el lóbulo de Xemnas... Su cuello... Bajó por su cuerpo, frotando su cuerpo con el de Xemnas... Hasta llegar a la entrepierna... Empezó a lamer su miembro... Pasó su lengua por la punta del miembro de Xemnas...

Xemnas: Sí...

Aiki se lo introdujo en la boca... Empezó a chuparlo... Se lo sacó de la boca, mientras empezó a lamer los genitales de Xemnas... Mientras le masturbaba... Xemnas estaba rojo...

Aiki: Quiero... Metérmela...

Xemnas: Claro...

Aiki se sentó sobre la entrepierna de Xemnas, y se introdujo su miembro... Empezó a dar botes mientras gemía muy fuerte...

Aiki: ¡Diooooooooooooos! ¡Nunca sentí algo asiiiiiiiiiiiiiiiii!

Los pechos de Aiki iban botando... Estaba sonrojada... No paraba de botar... De su boca no dejaban de salir fuertes gemidos...

Xemnas: Me voy a...

Aiki: Está bien... - Se puso de pie.

Aiki empezó a lamer el miembro de Xemnas. Pasaba lentamente la punta de su lengua por la punta del miembro de Xemnas... un líquido caliente salió de él con mucha fuerza...

Aiki: Quiero... Más...

Xemnas tumbó a Aiki... Empezó a lamerle la concha... Muy rápido... Su lengua se movía a una gran velocidad... Notaba la humedad de la concha...

Aiki: Méteme la lengua...

Xemnas introdujo la lengua dentro de la concha... Empezó a moverla muy rápido... Las caderas de Aiki empezaron a moverse con mucha velocidad... No paraba de gemir cada vez con más fuerza... Notó cómo un líquido caliente rozaba su lengua... La sacó de la concha...

Aiki: No pude más... Eres impresionante...

Xemnas: Y tú... - La abrazó.

Aiki: Conseguiste que mi padre te acepte... Qué feliz soy contigo, mi niño.

Xemnas: Y yo contigo, mi niña.

Ambos se quedaron dormidos, abrazados.

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Spartan Ligthning Warrior Empty Re: Spartan Ligthning Warrior

Mensaje  Nathan Hellsing Dom Mayo 11, 2008 2:40 pm

Capítulo 12: La Guerra.

Era el día temido por todo soldado espartano. El vigilante de la torre más alta era capaz de visulmbrar sin problema alguno la gran agrupación de naves que se dirigían hacia sus playas espartanas. Xemnas despertó de su lecho. A su lado, desnuda, estaba Aiki. Estaban en el cuarto de ella.

Xemnas: - Con tono tierno. - Despierta, mi niña. - Besándola tiernamente.

Aiki: - Bostezando. - Ho... La mi niño... ¿Qué tal dormiste? - Le abraza.

Xemnas: Contigo siempre se duerme bien, ¿y tú?

Aiki: ¿Cómo voy a dormir mal si dormí con mi niño?

Xemnas: Hoy es el día.

Aiki: Por favor...

Xemnas: Dime...

Aiki: No mueras... Por favor... Te lo ruego... - Empezó a llorar.

Xemnas: ¿Cómo iba a morir y dejar sola a mi niña, con lo que la quiero? - La abraza tiernamente entre sus brazos.

Aiki: Por favor... Te lo suplico...

Xemnas: Tú tampoco mueras...

Aiki: Te lo prometo... Te lo ruego, además...

Xemnas: No llores... Vivo por ti... No moriré... Te lo juro... - Le seca las lágrimas y la besa tiernamente.

Aiki: Mejor, levantémonos.

Xemnas: Sí.

Ambos se levantan, y se ponen sus túnicas. Bajan al comedor. Allí se encuentra Litarco, preocupado.

Litarco: (Si descendemos los flancos laterales tras la corriente, podremos asegurarnos de que ellos no penetran por el muro. En cambio, supongo que tendrían más seguridad de romper el flanco central...)

Xemnas: Mi rey...

Litarco: Dime.

Xemnas: ¿Está preocupado?

Litarco: Jeje... No dormí nada de nada.

Xemnas: Sí, se nota. - Señalando las ojeras de Litarco:

Litarco: Debemos conseguirlo... Por nuestro pueblo...

Xemnas: Por nuestra gente...

Aiki: Por todo lo que nos importa.

Krátero: ¿Estáis preocupados?

Xemnas: Hola.

Alexis: Hola. Y sí, Krátero; estamos preocupados. Nunca un solo pueblo se enfrentó a un imperio entero.

Litarco: Las Termópilas...

Alexis: Leónidas se enfrentó a 1.000.000 persas con sólo 300 espartanos, pero... Nosotros somos... 600 espartanos... Contra 80.000.000 persas.

Xemnas: ¡Ostia!

Alexis: Lo sé, Xemnas...

De repente, se oye un ruido:

Ruido: ¡¡¡¡¡¡¡ LOS PERSAS ESTÁN LLEGANDOOOOO!!!!!!!!!! ¡QUEDA MUY POCO RATOOOOOOOO!!!!!!!!!!

Xemnas: Ostia, qué torrente de voz tiene ese hombre.

Aiki: Él también sabe usar habilidades de sonido. Amplifica sus ondas sonoras. ¿Entiendes?

Xemnas: Aaaaammmm... Sí.

Litarco: Bueno, lo mejor será que nos vayamos preparando.

Krátero: Sí. Aiki, Xemnas; Poneros vuestras armaduras.

Xemnas: Sí. Subamos.

Aiki: Sí.

Ambos subieron al cuarto. Ella empezó a ponerse la coraza. Xemnas sacó su túnica negra, que le dieron en Atenas.

Aiki: Con esa túnica, no saldrás bien parado.

Xemnas: Esto me permite moverme más rápido. Además, no es una túnica cualquiera... Es una túnica muy importante...

Aiki: ¿Importante?

Xemnas: ¿Recuerdas a Hércules? ¿Su ropa?

Aiki: Claro... Era un héroe que llevaba una túnica negr... Espera... No me digas que... Esa tún...

Xemnas: Es la de hércules.

Aiki: Ahora entiendo.

Xemnas se colocó la túnica. Ambos salieron de la ciudad. Sobre la playa, estaba ya el ejército espartana... En la costa... Una gigantesca orda persa.

Litarco: ¡HOY ES EL DÍA, HOY, EN QUE DEBÉREIS MOSTRAR VUESTRO VALOR, COMO ESPARTANOS QUE SOIS! ¡HOY ES EL DÍA, EN QUE ARES NOS GUIARÁ A LA VICTORIA! ¡HOY, Y SÓLO HOY, NOS INSCRIBIREMOS EN LA HISTORIA COMO GUERREROS Y HOMBRES LIBRES!

Empezaron a oírse rugidos. Todos estaban preparados. Xemnas gritaba de euforia sin parar. Aiki no paraba de mirarle.

Aiki: (No mueras... Por favor).

Litarco: ¡A LA CARGAAAAAAAAAA!

Todos empezaron a correr contra los persas. Se encontraron entre sí. Xemnas desenvainó su espada. Se la estocó a un persa y la retiró rápidamente. Notó que alguien por detrás le quería decapitar, pero él se agachó, se volteó, y le clavó la espada en la cintura. Agarró la cabeza de un enemigo, y cargó electricidad. La cabeza reventó. Cargó un rayo en la espada. Movió la espada en el aire y lo que estaba a su alrededor se cortó. Sus enemigos se cortaron por la mitad. Alexis iba corriendo rápidamente.

Alexis: ¿No acaban nunca?

Krátero: Parece que no.

Alexis le pegó una patada a uno, lo que hizo que este saliera volando y golpease los que estaban detrás suyo.

Krátero: Buen golpe.

Alexis: Lo sé.

Alexis desenvainó rápidamente. Se la estocó a un persa en el cuello y la retiró rápidamente. Krátero alargó su espada hasta ser una lanza.

Krátero: Vais a probar lo que es bueno.

Krátero lanzó la lanza metálica. Ésta se clavó en un grupo de soldados alineados y salieron volando hasta clavarse en los barcos. Creó otras 2 lanzas e hizo lo mismo. Aiki le clavó la espada en el abdomen a un persa, y la retiró rápidamente. Vio que estaba rodeada.

Aiki: ¿Qué hacéis aquí?

Aiki pegó una fuerte patada al suelo y al su alrededor, éste tembló con fuerza, destrozando a los persas de alrededor. Vio que un gran grupo venía hacia ella. Cargó una gran onda, y la lanzó. Litarco empezó a girar sus espadas. De ellas saltaban llamas candentes.

Litarco: ¡Probad el filo de Hefesto!

Lanzó una gran onda ígnea. Todos los que estaban a su alrededor empezaron a arder y a girar.

Litarco: Finalmente... No sois más que una panda de mocosos... - De repente, sintió que una ráfaga de fuego le venía hacia él... - (Éste Cosmos... Es como el de Temis... Quiere decir que... ¿Es un Titán?).

De repente, entre el fuego y él apareció un rayo.

Xemnas: ¡Mi rey! ¡Déajme encargarme del Titán!

Litarco: Todo tuyo. - Se fue corriendo y luchando.

Titán: Vaya, vaya... Bonito rayo.

Xemnas: Gracias. Y bonito fuego. Aunque da fresquito.

Crío: Soy Crío, una de las Titanes.

Xemnas: ¿Ah, sí? Pues... ¡Demuéstramelo!

Xemnas empezó a correr hacia Crío. Crío le lanzó una lanza de fueo, pero Xemnas la esquivó con facilidad. Empezó a cargar un rayo en el puño. Se acercaba hacia ella... Estaba a un centímetro de ella... Ella le agarró el puño. Apretaba fuertemente.

Crío: Un gran Cosmos.

Xemnas: Ahora... Vas... ¡A PROBARLO!

Hizo explotar el rayo de su puño, lo que hizo que Crío le soltase rápidamente. Antes de que Crío se diese cuenta, Xemnas le pegó una en el aire, en el pecho, por lo que Xemnas salió impulsado hacia atrás. Dio una volrereta en el aire, y lanzó su espada. Crío lo esquivó. La espada se quedó clava en el barco, a 2 centímetros del cuello.

Crío: Buen tiro, chaval. - Le lanzó un rayo.

Xemnas le pegó un patada al rayo y lo desvió.

Crío: (¿Fue capaz de desviar mi rayo?).

Xemnas: No te entrometas... ¡EN MI CAMINO!

Le pegó una fuerte patada en la cabeza, lo que mandó a Crío a volar.

Crío: (Mierda... Este mortal es fuerte!).

Xemnas: Mi dijiste tu nombre. Ahora, te diré el mío. Recuérdalo bien; es el nombre de la persona te va a matar. Me llamo... Xemnas.

Crío: ¿Matarme? Jaja... No puedes vencer a un Titán.

Xemnas: Soy un simple mortal pero... ¡SOY UN ESPARTANO!

Xemnas corrió hacia Crío.

Xemnas: (Es el momento... De mostrarle mi técnica).

Xemnas empezó a cargar una cantidad incesante de rayos. Cogió unos trozos puntiagudos del bolsillo. Los lanzó hacia Crío, pero falló.

Crío: Vaya mierda de puntería... - Notó como si algo tirase de ella y la aprisionase contra la pared.

Xemnas: Por si no te diste cuenta... Estaban unidas por hilos... Sólo tuve que tirar de los hilos... Y los hilos se enredaron sobre tu cuerpo...

Crío: (No puedo romperlas).

Xemnas: El hilo... Está hecho con el cabello de Sansón, un héroe de otra nacionalidad, de Oriente. Un regalo de Atenas. Ahora verás... Mi máximo ataque... Que te matará.

Juntó sus manos, y empezó a rezar. De repente, el cielo soleado se volvió de tormenta. En el cielo, se abrió un gran agujero entre las nubes, que por dentro saltaban chispas eléctricas incesantes. Separó sus manos, y entre ambas, se formó unos hilos eléctricos. Del agujero negro, cayó un rayo, que cayó sobre los hilos de electricidad de Xemnas.

Xemnas: El rayo... Del mismísimo Zeús.

Juntó ambas manos, y se formó una esfera eléctrica rodeándolas. Apuntó la esfera hacia Crío.

Crío: (Cuánto Cosmos... No es un simple chiquillo).

Xemnas separó ambas manos. Un gran rayo se disparó hacia Crío. Destrozó las rocas, y una montaña le cayó sobre Crío.

Crío: Pudiste conmigo, pero... No podrás con mis hermanos.

Xemnas: Soy espartano. - Le pisó la cabeza a Crío.

Crío dejó de respirar. Xemnas corrió hacia Aiki.

Xemnas: ¡Aiki!

Aiki: ¡Xemnas!

Litarco: ¿Qué tal con la Titán?

Aiki: ¿Te enfrentaste con una Titán?

Xemnas: La maté.

Litarco: Así que ese rayo... Lo provocaste tú.

Xemnas: Lo siento por estar ahora en un día tormentoso.

Litarco: Bah, no importa. Aun así... Estamos perdiendo hombres... A este ritmo, perderemos la guerr...

De repente, un gran dragón hecho de agua golpeó a los persas. Todos miraron hacia la monaña. En la cima...

Xemnas: ¡Calixo!

Calixo y una gran tropa de atenienses bajaron de la montaña. Los soldados empezaron a luchar. Los espartanos gritaron de euforia. Calixo llegó hasta Litarco.

Calixo: Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeno... Me enteré de que os atacarían y... Le debía una al joven Xemnas.

Litarco: Venzamos al resto.

Xemnas: Sí.

Empezaron a luchar con furia. Blandían sus espadas muy rápidamente. La sangre persa iba manchando las armaduras atenienses y persas. Xemnas se movía con una gran agilidad... Al rato...

Litarco: ¡Ganamos la batalla!

Todos gritaron de euforia. Aiki miró a Xemnas.

Aiki: (Xemnas... Bien hecho).

- Al día siguiente -

Xemnas estaba en el Palacio... Todos los nobles, generales, y el sumo sacerdote, estaban allí, además la Realeza. Llevaba una armadura espartana... Y una capa roja colgaba de su espada. Litarco se dirigió a él.

Litarco: Por luchar con tesón... Y por asesinar a un Titán... Te corono Héroe.

Todos empezaron a aplaudir.

Xemnas: (Aiki... Cumplí mi promesa).

Aiki se dirigió a él y lo besó.

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Mensaje  Nathan Hellsing Jue Mayo 15, 2008 5:22 pm

Capítulo 13: La Boda.

Aquél era el día. No podía estar más impaciente. Se levantó de su cama. Su cuerpo no dejaba de respirar muy rápidamente.

Xemnas: Aiki...

Se puso una túnica normal. Se hizo el desayuno, bebió de una vasija de leche y salió de la casa. Se dirigió al Palacio. Allí estba el rey.

Litarco: Joven Xemnas... Un día que no se podrá olvidar.

Xemnas: Lo sé... Estoy de los nervios ya.

Litarco: Prepárate. Hoy es un día grande.

Ambos entraron a un gran vestuario. Litarco agarró una túnica blanca, con bordados dorados.

Litarco: Éste será tu traje.

Xemnas: Bien. - Se quita la túnica. Agarra la túnica blanca y se la coloca.

De repente, por la puerta entran Krátero y Alexis.

Alexis: ¿Preparado?

Xemnas: Sí, ahora sí.

Krátero: Me alegro. No cometas la pata.

- En otr parte -

Aiki estaba tumbada en la cama.

Aiki: Krisos... Tengo nervios.

Krisos: Lo sé. Hoy es un dçia especial.

Aiki: Le quiero mucho...

Krisos: Y él a usted, estoy seguro.

Aiki: Seguro que ahora está pensando en mí.

Krisos: Él también estará nervioso. Es lógico.

Aiki: ¿Seguro que él aceptará?

Krisos: Lo tengo muy claro.

- Donde Xemnas -

Xemnas: Estoy de los nervios... Necesito vino.

Alexis: Ya beberás en la Fiesta.

Xemnas: ¡ESTOY DE LOS NERVIOOOOOOOOS!

Krátero le dio una cachetada.

Xemnas: Gracias, lo necesitaba.

Krátero: Un placer. Tranquilo. Sólo tendrás que decír SÍ.

Xemnas: Tienes razón, amigo.

Alexis: Tranquilo, o si no...

Xemnas: ¡NO ME ACOJONES!

Alexis: ...No podrás tener relaciones con Aiki... Con ese cuerpazo...

Xemnas: ¡PERVERTIDO! - Mientras le salía sangre por la nariz.

Alexis: Te pusiste cachondo.

Xemnas: Sí...

Alexis: Ten cuidado, que Xemnas Júnior se puso de pie.

Xemnas: ¡MIERDA! - Mientras se arrodillaba. - Cebollas, cebollas, cebollas... Vale, se durmió.

Krátero: ¿Pensabas en cebollas? Buen truco.

Xemnas: Gracias.

Alexis: Bueeeeeeeeeeeeno... Llegó el momento.

Xemnas: Sí.Estoy preparado.

Krátero: Vámonos.

Xemnas estaba en el Templo. Estaba frente a la estatua de Ares. Estaba nervioso. Era de mañana. El Sol aún brillaba. Frente a él, estba Pólux, y al su alrededor, todos los grandes hombres vivos de Esparta. Llevaba una túnica blanca con bordados dorados. No paraba de sudar.

Xemnas: (Tranquiízate... ¡No quiero hacer esto! No... Yo sí que deseo hacerlo ya... Vamos...).

Las puertas se abrieron. Se iba acercando hacia él, una chica con una túnica rojo pasión y bordados rojos. Parecía llevar cosméticos. Sus sombas negras provocaba que sus ojos fueran bellos. Aiki llegó junto a Xemnas.

Xemnas: Estás preciosa.

Aiki: Qué lindo.

Pólux: Hoy se celebra el matrimonio de la princesa Aiki, con el Héroe Xemnas. En este día, tendremos futuros rey y reina. Que el Dios Ares os proteja para siempre, para toda la vida. Lo merecéis. Aiki... ¿Le deseas?

Aiki: Le deseo.

Pólux: Xemnas... ¿La deseas?

Xemnas: La deseo.

Que Ares proteja vuestro amor.

Ambos se besaron frente a todos. Se oyeron grandes aplausos. Litarco abrazó fuertemente a Xemnas.

Litarco: Ahora eres príncipe de Esparta. Protege tu ciudad.

Xemnas: Lo haré con mucho gusto.

Al poco rato, estaban en un banquete. Estaban comiendo. Junto a Xemnas se sentó Litarco. Al lado de Aiki, Krátero y Alexis.

Alexis: Con ese cuerpazo... Y sólo para Xemnas. Joder.

Aiki: Pervertido. Yo sólo soy de Xemnas. - Se apoyó sobre el hombro de Xemnas y cerró los ojos.

Xemnas: Mi niña... - Empieza a acariciar el cabello de Aiki.

Krátero: Hacen una buena pareja.

Xemnas: Gracias.

Litarco: Aiki.

Aiki: Dime.

Litarco: ¿Cuándo vais a darme sobrinitos?

De repente, Xemnas escupió el vino que estaba bebiendo, y empezó a toser. Respiraba fuerte.

Litarco: Tranquilo, chaval.

Aiki: Cariño... ¿Estás bien? - Tono de preocupación.

Xemnas: Sí...

Aiki: Mi niño... - Cogió la cabeza de Xemnas y se la puso en su pecho.

Xemnas: No te preocupes.

Aiki: Vale.

Xemnas se reincorporó.

Krátero: ¡Por los futuros reyes! - Se puso de pie.

Todos se pusieron de pie.

Todos: ¡Por los futuros reyes! - Brindaron.

Litarco: Xemnas... bebiste demasiado.

Xemnas: Puede. - Colorado.

Aiki: Mejor que... Te lleve a mi cama.

Se oyeron ruidos de silbidos.

Aiki cogió de la mano a Xemnas y se lo llevó. Ambos subieron al lecho.

Aiki: Espera, voy a cambiarme. Tú acomódate.

Xemnas: Está bien.

Xemnas se tumbó en la cama. De repente, apareció Aiki con una túnica blanca. Se acercó a la cama, andando sensualmente. Se subió de rodillas a la cama... Se le enmarcaba los pezones... Se quitó los tirantes de la túnica... Su pecho quedó al descubierto.

Aiki: Hazme sentir bien.

Xemnas: ¡Eso desde luego!

Aiki le quitó la túnica a Xemnas. Empezó a besar su cuello mientras acariciaba su miembro... Hasta notar que estaba erecto.

Aiki: Es el momento.

Xemnas: Hazlo...

Aiki se sentó sobre la enterpierna de Xemnas, y empezó a botar. Empezó a gemir fuertemente, sin dejar de mover sus caderas. Xemnas empezó a respirar muy rápido...

Aiki: ¿Lo disfrutas?

Xemnas: Sí...

Aiki empezó a botar más rápido... Ambos no paraban de gemir... Aiki notó que algo entraba en su cuerpo... Un líquido... Se tumbó en la cama...

Aiki: Estoy feliz de que por fin seamos una pareja legal.

Xemnas: Y a mí... Tengo miedo.

Aiki: Y yo... Los Titantes... No me dejes sola... Por favor...

Xemnas la besó.

Xemnas: Eso nunca.

Aiki: ¿Me lo juras?

Xemnas volvió a besarla.

Xemnas: Te lo juro por este beso.

Aiki: De acuerdo...

Ambos se abrazaron. Aiki colocó su cabeza en el pecho de Xemnas... Y se quedaron dormidos, desnudos...

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Mensaje  Nathan Hellsing Dom Mayo 25, 2008 9:18 pm

Capítulo 14: Atacando Esparta.

Los Titanes estaban reunidos en un lugar escondido, y oscuro.

Hiperión: Al parecer, Crío está muerta.

Océano: Jeje... Normal, era la más débil.

Ceo: Aún así, debemos tener cuidado con los espartanos.

Tetis: ¿Estás asustada, hermana? Cobarde...

Ceo cargó una cantidad alarmante de Cosmos.

Ceo: Vuelve a repetirlo.

Tetis: Vale; Cobarde.

Cea le dio un puñetazo a Tetis que la tumbó al suelo.

Japeto: ¡BASTA! Recuerden que estamos aquí para ver qué podemos hacer.

Mnemósine: A ver si maduráis.

Ceo: Lo siento.

Temis: Luché con el rey de esa ciudad y es demasiado fuerte.

Rea: ¿En qué sentido?

Temis: Sabía usar el poder de Hefesto.

Rea: Desde luego, debemos tener cuidado con ellos.

Febe: Son humanos; tienen un límite.

Kronos: Aún así, pueden que su límite sea muy grande.

Febe: ¿Qué debemos hacer?

Kronos: Alguien debería visitarles.

Rea: Tengo ganas de pelea.

Kronos: Está bien, ve tú. Esta reunión acaba aquí.

- En otro lugar –

Xemnas acababa de despertarse. Aiki se encontraba a su lado.

Xemnas: Buenos días, amor.

Aiki: Mi niño... ¿Qué tal dormiste?

Xemnas: Bien, ¿y tú?

Auki: ¿Bajamos a desayunar?

Xemnas: Vale.

Ambos se pusieron sus túnicas de estar por casa. Bajaron al Comedor. Allí, estaba el Rey. Estaba desayunando fruta.

Litarco: Buenos días chavales. ¿Qué tal vuestro 1º día de casados?

Aiki: Lo mejor de mi vida. – Abrazó a Xemnas por detrás.

Litarco: Se ven bien juntos.

Xemnas: Grac...

No pudo acabar la frase; de repente, se oyó una gran explosión.

Xemnas: Titán.

Litarco: Sí.

De repente, Alexis entró al comedor.

Alexis: Déjame encargarme de él.

Litarco: Está bien.

Alexis salió del palacio rápidamente. Fue corriendo en dirección donde provenía el humo. Corría sin cesar.

Alexis: (Ya empezamos con lo malo...).

Dobló la esquina, y la vio. Salió de la ciudad. Frente a él, en la playa, ahí estaba. Era una mujer, con una coraza oscura. Tenía el pelo blanco.

Alexis: ¿Cuál eres de todas las Titanes?

Rea: Mi nombre es... Rea.

Alexis. Rea... Pagarás por este incidente.

Rea: Inténtalo.

Alexis empezó a cargar Cosmos en sus músculos.

Rea: Con músculos no estás mal, guapo.

Alexis empezó a correr hacia Rea. Rea levantó un trozo de tierra, lo que hizo de pared entre Rea y Alexis.

Rea: Ups, me he protegido, lo siento.

Alexis: ¿Crees que esto me parará?

Le pegó un gran puñetazo a la pared, rompiéndola. Su puño golpeó la mandíbula de Rea. Rea cayó al suelo.

Rea: (Mierda... destruyó mi muro).

Alexis la cogió del cuello, y empezó a apretar. Rea movía las piernas. Rea, de repente, le besó. Alexis empezó a notar como si su Cosmos desapareciese poco a poco. Rápidamente, despegó sus labios.

Alexis: ¿Me robaste parte de mi Cosmos?

Rea: Soy una Titán.

Alexis le pegó un gran puñetazo en el abdomen, pero Rea le agarró por el tobillo, y clavó sus uñas en él. Alexis empezó a gritar de dolor.

Rea: ¿Te gusta el dolor?

Alexis: Sí. – Bajó la pierna y algo crujió.

Rea: (Se partió la pierna a sí mismo para escaparse... Muy valiente).

Alexis se puso de pie, con dificultad. Se iba desangrando por el tobillo.

Alexis: No me... dejaré... Derrotar.

Rea empezó a levantar una gran cantidad de agua, y la congeló. Empezó a lanzar bloques puntiagudos de hielo. Alexis empezó a esquivarlos muy rápidamente. Saltó por encima de Rea. Le pegó una gran patada en su cabeza, y la tiró al suelo.

Rea: Ahora verás...

Se puso de pie, y alzó el puño. Sobre este, empezó a formarse una esfera de fuego del tamaño de un piso.

Alexis: Jaja... – Cargó mucho Cosmos en su puño.

Rea lanzó la esfera, y Alexis apuntó el puño hacia la esfera, disparando su Cosmos. Se formó una gran onda de energía al chocar el fuego y el Cosmos.

Alexis: No puedo dejarme perder...

Rea: ¡Soy esposa del poderoso Kronos!

Alexis: ¡Y yo un espartano que ama a su patria!

Ambas acabaron por explotar. Todo se ocultó bajo una gran luz. Al desvanecerse, ambos estaban de pie, sangrando bastante.

Rea: No te rindes, ¿eh?

Alexis: Claro que no.

Alexis empezó a correr hacia Rea. Desenvainó su espada. Cargó Cosmos en ella. Iba arrastrando la espada por el suelo.

Alexis: Probaras mi técnica: ¡Corte Impulsor!

Al estar frente a Rea, levantó la espada, haciéndole un corte vertical de abajo-arriba. De repente, toda la arena del suelo se levantó, a ambos lados de Rea. Rea agarró la espada de Alexis. Alexis soltó su espada y desapareció. Antes de que Rea pudiera soltar la espada, recibió una gran patada en la espalda. Rea fue enviada varios metros.

Alexis: Por muy Titán que seas... Yo lucho por mi patria.

Rea: Debo reconocer que, para ser un espartano, eres muy rápido.

Alexis: No me digas.

Rea: Pero soy una Titán... – Apareció tras Alexis, y le agarró del cuello por detrás. Empezó a asfixiarle fuertemente. Alexis empezó a cargar mucho Cosmos. Notaba que su cuerpo se presionaba.

Alexis: (¿Qué es este dolor...?).

Rea: Estoy hinchando el oxígeno de tus pulmones... Estallarás en nada.

Alexis se alarmó. Empezó a mover su Cosmos muy rápidamente... Notaba que se ahogaba... Pero debía seguir... Sus pulmones se hinchaban... Le dolían... Expulsó mucha sangre por la boca... Cerró los ojos y dejó de respirar.

Rea: Mierda, uno menos. No aguantan nada.

Se dio la vuelta, y notó que unos brazos le rodeaban fuertemente el cuello por detrás.

Rea: ¿Aún estás vivo?

Alexis: Fue fácil. Moví mi Cosmos rápidamente por todo el cuerpo. Lo llevé hacia mis pulmones. Dejé de respirar pero... El Cosmos actuaba de oxígeno... Sólo tuve que provocarme la sangre y fingí que moría.

Rea: Vaya, vaya... Eres un chico listo, al fin y al cabo.

Alexis: No sabes cuánto.

Empezó a apretar con mucha fuerza. Notó que una gran ráfaga de agua golpeaba su espalda. Se giró. Una mujer de pelo blanco salía del agua andando.

Rea: Tetis...

Tetis: Hermana, vengo a ayudarte.

Tetis empezó a correr hacia Alexis y...

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Mensaje  Nathan Hellsing Mar Jun 17, 2008 12:01 pm

Capítulo 15: Batalla En La Playa.

... Una pared de acero apareció entre ambos.

Alexis: ¡Krátero!

Krátero: Hola, chavalote.

Tetis: Hola guapo.

Krátero: ¿Me dices a mí?

Tetis: ¿Quieres jugar conmigo?

Krátero: Oh, sí, te lo haré como quieras.

Tetis: Rápido y fuerte.

Krátero: Tú sólo disfruta.

Alexis: (Si no fuera porque sé que son enemigos, pensaría que hablan de otra cosa. Krátero...).

De repente, del cielo cayó una gota. Al tocar el suelo la gota... Krátero y Tetis desaparecieron de golpe.

Alexis: ¿Krátero?

Rea: Tú tienes que pelear conmigo.

Alexis: Cierto.

Alexis le pegó una gran patada en el estómago a Rea, que hizo que esta escupiese sangre. Rea le clavó a Alexis una daga en el tobillo.

Alexis: ¡Mierda! ¡Me las pagarás!

Empezó a correr alrededor de Rea. Su velocidad era tal que no se le podía ver. Empezó a formar un tornado... Con Rea en medio.

- En otro lugar -

Sobre el agua, andando, Krátero esquivaba una ráfaga de agua. Sacó su espada y empezó a correr hacia Tetis.

Tetis: Soy una diosa... no podrás conmigo, chaval.

Krátero: Ah, ¿no? Ya lo veremos.

Krátero alargó su espada, hasta tomar la longitud de una lanza. La lanzó hacia Tetis, pero ésta la esquivó. Sin embargo, sintió un dolor punzante en su abdomen. Se miró. Una hoja afilada de acero estaba clavada... La puta acababa en... El puño de Krátero.

Tetis: ¿Convertiste tus dedos en la hoja de una espada? Increíble.

Krátero: Pues aún queda más, amiga mía.

De repente, unas espinas empezaron a salir del agua y se clavaron en las extremidades de Tetis.

Tetis: ¿Cómo?

Krátero: Usé los minerales de las piedras que se encuentran en la profundidad... Esto está lleno de minerales.

Tetis: ¿Y de agua? - Levantó una ola gigantesca.

Krátero: Eso no es nada para mí.

- Donde Alexis -

Rea estaba dentro de un tornado de arena.

Rea: Debo pensar en algo... Si no... - Sintió un fuerte golpe. Empezó a sentir muchos golpes seguidos. Alexis saltaba de un lado hacia otro, golpeando a Rea a una velocidad que ella no podía verle.

Alexis: Parece que, por ahora, lo estoy haciendo bien.

Rea: ¡No podrás conmigo! ¡Soy una Diosa!

Alexis: Y yo... ¡UN ESPARTANO!

De repente, Rea sintió un dolor insoportable. Alexis le perforó con el puño por el abdomen, y la mano salió por su espalda. Alexis cayó al suelo de pie. Rea también. Ambos se miraban.

Alexis: ¿Aún sigues viva?

Rea: Soy Inmortal...

Alexis: Pondré a prueba ese hecho.

Rea: Inténtalo.

Alexis corrió hacia Rea.

- Donde Krátero -

Krátero corría hacia la ola.

Tetis: (De esta no saldrás).

Krátero golpeó la ola con el puño... Y la abrió... Atravesó la ola...

Tetis: ¡IMPOSIBLE!

Krátero golpeó la cabeza de Tetis y la lanzó hacia arriba.

Tetis: (Me está derrotando... No puedo hacer nada).

De repente, frente a ella, apareció Krátero. Éste sacó su espada y la abrió en canal de arriba-abajo por el abdomen. Tetis cayó al agua. Krátero aterrizó en la playa, junto a Alexis, que golpeó la cabeza de Rea. De repente, Tetis salió del agua y se colocó junto a Rea. Alexis se echó hacia atrás, junto a Krátero.

Rea: Vimos que sois más fuertes de lo que parecéis.

Tetis: Pero contra ésto... No podréis...

Ambas se besaron... Entrelazaron sus lenguas... Y se clavaron sus dagas en el abdomen de la otra, mutuamente.

Krátero: ¿Qué hacen?

Tetis: Sólo un Dios puede acabar con otro...

Ambas calleron muertas al suelo.

Alexis: ¿Ya está?

Krátero: No... ¿Sientes eso?

Alexis: Ahora que lo dices... Es gigantesco...

De repente, del agua apareció una mujer. Era muy bella. Sin embargo... Sus pelos eran serpientes...

Alexis: ¡Medusa! - Cerró los ojos.

Ambos cerraron los ojos muy rápido.

Krátero: ¡Usaron su sacrificio para invocar una bestia!

Ambos tenían los ojos cerrados. Medusa golpeó el agua. La levantó. De repente, aparecieron muchísimas Medusas.

Alexis: Siento muchísimos Cosmos iguales...

Krátero: ¡Se ha multiplicado!

Alexis: ¿Qué hacemos?

De repente, se oyó el ruido de un rayo. Se dieron la vuelta. Abrieron los ojos. Ahí estaba él, de pie...

Alexis: ¡Xemnas, cierra los ojos!

Xemnas miró a los ojos a las Medusas. Sin embargo, no se petrificó.

Krátero: ¿Cómo lo haces?

Xemnas: Medusa, tenía razón. Usas la luz que pronuncian tus ojos para calentar la sangre. De ese modo, haces que el hierro de la sangre se dilate, por lo que las venas se transforman en mineral. Por consiguiente, los órganos se vuelven de mineral. Y luego... Los músculos... Los huesos... Y la piel... Sin embargo, mi Cosmos es de rayo. ¿Y qué es le rayo? Luz. Hago bloquear la luz de tus ojos aculumando Cosmos eléctrico en los míos.

Krátero: ¡Impresionante!

Xemnas: Poneos esto. - Dándoles unas vendas.

Alexis: Gracias.

Ambos se la pusieron en los ojos. Xemnas empezó a correr hacia el ejército de Medusas. Tras de sí dejaba un rastro de chispas eléctricas.

Krátero: Impresionante...

Xemnas le dio un puñetazo a una de las Medusas. Ésta se transformó en agua. A continúación, detrás suyo, se formaron en el agua unos tentáculos, y éstos agarraron las extremidades de Xemnas.

Alexis: ¡XEMNAS!

Xemnas: No puedo soltarme... ¡AGGGGGHHHHHHH!

Una lanza se le clavó en el abdomen, atravesándole. De repente, Tetis y Rea aparecieron del agua, acercándose paso a paso a él.

- En otro lugar -

De repente, Aiki sintió un dolor brutal en el abdomen. Estaba arrodillada en el suelo de su habitación.

Aiki: (Creo que a Xemnas le ha pasado algo... Se fue de aquí y...).

- Flash Back -

Aiki y Xemnas estaban en el cuarto. Xemnas miraba la ventana, y su exterior. Aiki estaba tras él.

Aiki: ¿Pasa algo?

Xemnas: Siento el Cosmos de Krátero y de Alexis... Y otros 2 Cosmos impresionantemente altos.

Aiki: Titanes...

Xemnas: Debo ir.

Aiki: ¿Por qué?

Xemnas: No puedo dejarles solos.

Aiki: Está bien. - Se acercó y besó su mejilla. - Vuelve sano, por favor.

Xemnas: Claro que sí, mi niña. - La besó.

Xemnas abrió el armario, y se puso su túnica negra. Salió corriendo.

- Fin del Flash Back -

Rea: Vaya, vaya, jovencito, parece que te tenemos.

Xemnas: ¡No creas!

De repente, tras las Titanes, Alexis y Krátero salieron del agua. Sin embargo, Tetis los aprisionó dentro de burbujas de agua.

Rea: Debemos matarte, cachorrito.

Tetis: Pero antes, siente ese Cosmos cariñoso que viene por aquí.

Xemnas: Ese Cosmos... ¡Aiki!

Aiki corría por la playa.

Aiki: ¡XEMNAAAAAAAAAAAAAAAAAS!

Xemnas: ¡AIKIIIIIIIIIIIIII!

Rea le lanzó a Aiki una lanza y la atravesó.

Xemnas: ¡AIKIIIIIIIII NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

De repente, todo el Cosmos de Xemnas empezó a levantarse. Aiki cerró los ojos. Temblaba en el suelo.

Tetis: Oh, pobrecito.

De repente, los ojos amarillos de Xemnas se volvieron azules. Su pelo, de un azul oscuro, empezó a volverse blanco poco a poco.

Rea: No puede ser...

Tetis: Es...

Xemnas se arrancó la lanza del cuajo. Hizo explotar una onda y se soltó de los tentáculos. De su cuerpo brotaban rayos sin cesar. El cielo se oscureció.

Xemnas: Quedaos quietas ya de una puñetera vez. - Su voz estaba distorsionada, era muy grave.

Tetis: Zeus...

Rea: ¿Este chico es la reencarnación de Zeus?

Xemnas: No. Soy Xemnas. Y vais a morir.

Su cuerpo empezó a transformarse en rayos.

Krátero: ¿Está transformando su propio cuerpos en electricidad?

De repente, Xemnas desapareció, y Tetis y Rea explotaron bajo un rayo. Xemnas se volvió a formar. Corrió hacia Aiki, llorando. La cogió de la cabeza cuidadosamente.

Xemnas: ¿¡AIKI!?

Aiki: Xemnas... Estás distinto...

Xemnas: Je... Ya estoy aquí... - De su cuerpo empezó a brillar un Cosmos... Un Cosmos muy poderoso...

Aiki: Me siento mejor...

Xemnas: Te estoy dando una pequeña parte de mi Cosmos.

Aiki: Gracias, me siento mejor.

Xemnas cogió a Aiki en brazos, y los 4 se dirigieron a los muros de Esparta cuando...

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