EL VIAJE INFINITO

1. CAPITULO: El comienzo

Era una mañana fría de invierno cuando el oscuro caballero Frederik apareció en las colinas, al norte de Marubis. Una nube de cuervos se lanzo al vuelo, raspando los techos de paja de las chozas, e indicando así a los más sabios ancianos, los únicos que sabían lo que significaba, que algo iba a pasar: Frederik necesitaba, una vez más, nuevos soldados para su ejército.
En otra parte de la aldea, junto al río, un anciano y su joven discípulo discutían sobre el viejo sabio Iraculo, quien decía que el mundo no era más que un insignificante punto dentro de algo mucho mayor. De repente Rodok, que así se llamaba el anciano, desvió la vista al cielo, y cuando vio a los cuervos volar, al muchacho le pareció que este se había empezado a inquietar.
-Muchacho, Frederik ha vuelto. Lo mejor será que vuelvas a casa, pero no olvides que aquí corres peligro. Has sido un buen discípulo, has crecido mucho mentalmente desde el primer día que te conocí, pero es hora de que decidas. Frederik busca soldados, si te unes a el, tendrás oro y poder, pero también puedes huir.
-¡No quiero huir! Luchare
-No muchacho. No puedes hacer eso, te matarían. Ahora ve, vete a casa, aquí no estas a salvo.
El joven necesitaba oro, ya que su familia era pobre desde que su padre murió, pero aunque el muchas veces había intentado trabajar, su madre lo obligaba a estudiar. Sin embargo, no podía servirle a Frederik, lo había prometido, y era fiel a sus palabras. Hubo una cruzada de miradas, y el muchacho salio corriendo.
-¡Hasn!
El muchacho se giró
-Se que harás lo correcto, que tengas suerte.
Hasn le sonrió, y partió de nuevo hacia su casa. Su madre estaba en la cocina cuando el entro por la puerta, pero nada mas escuchar su sonido, esta salio a recibir a su hijo con una sonrisa.
-Hasn, ¿ya has vuelto?
-Si madre. Frederik esta aquí.
La madre del muchacho se hecho la mano a la boca con aire de preocupación.
-Hijo no puedes quedarte aquí, ¡Frederik te matara!
-Lo se, Rodok me ha dicho lo mismo. Pero madre, no puedo irme, tenéis que venir con migo.
-A mi no me pasara nada, tengo que quedarme aquí, a cuidar a la señora Prin, pero por favor, llevate a tu hermano, y cuida de el hasta que volvamos a encontrarnos.
-¿Donde esta?
-En el cobertizo, dándoles de comer a las vacas.
Sin decir una palabra mas, Hasn subió a su dormitorio, y rápidamente metió en una mochila algo de ropa, un par de mantas y todos sus ahorros. A continuación, bajo al cobertizo, y sin darle ningún tipo de explicación a su hermano, lo cogio del brazo y se lo llevo por la puerta. Su madre los esperaba en el jardín, y tras la dura despedida de ambos, lo dos jóvenes se fueron corriendo de la aldea.
-¡Espera hijo! Creo que tu padre querría que lo llevases tú.
La madre le dio entonces a Hasn una espada con un mango negro en el que tenia grabado un águila plateada con un ojo verde.
-Gracias madre
-¿Y para mi?- dijo entonces el mas joven
-No creas que me he olvidado de ti. Ten.
Y le dio un arco de madera con las puntas plateadas y un saco con flechas.
-vamos, tenéis que marcharos, apenas os queda tiempo.
Hasn asintió, cogió nuevamente a su hermano por la mano, y los dos echaron a correr mientras la madre se despedía con lágrimas cayéndole por la faz.
-Hasn, ¿Qué es lo que pasa?
-En estos momentos solo tienes que correr, eres demasiado pequeño para entender lo que esta pasando.
-¡Solo soy dos años mas pequeño que tu!
Al contrario que Hasn, Etel era rubio y de ojos azules. Pero también, así como Hasn era un muchacho sensato, Etel lo era insensato y confiado.
Corrieron un buen rato, hasta alejarse de la aldea, y luego prosiguieron su camino andando.

Mientras tanto en Frederik había llegado a Marubis, e iba de casa en casa abriendo puertas a patadas y reclutando por cada familia a un varón. Llego el turno de la madre de Hasn y Etel, y al ver que no tenía hijos, Frederik se puso furioso.
-¡Donde están!
-No se de que me hablas.
-No te hagas la loca con migo, se que tienes dos hijos.
-No es cierto, los dos murieron el año pasado, cuando un extranjero vino a robarnos.
-No mientas arpía
Frederik cogio a la mujer por el pelo y la arrastro hacia fuera.
-Si no hay varones en tu casa… - Frederik río- serás tu quien me sirva, te convertiré en mi esposa.
La madre de Hasn y Etel se hecho a llorar mientras era arrastrada hacia una carroza y llevada por la fuerza con Frederik.

Hasn noto un escalofrío que le indicaba que algo malo estaba pasando. Sin embargo, era tarde para volver, había empezado un camino que ya no podía dejar, por muy duro que fuera. No sabia que era lo que le depararía el futuro, pero el iba a hacerse mas fuerte, y así, algún día conseguiría vengar a su padre. Algún día mataría a Frederik.

Que bueno está!!!!!
de verdad me ha encantado amigo, comensaré a leerlo siempre y si hay algún concurso votaré por ti =D

copado copado!!!! avisa cuando publicas la conti (Y)

cuando eso lo sigo aqui, esque me confundi de fick XP

genial (Y)
pero que les pasó a los hermanos????

Mierda!!! Me confundi de fick n_n
Ahora lo quito, y el otro ya lo pondre. JEJE Que metedura de pata XP

ey
y que ha pasado con tu fic??

Espectacular, tienes mucho talento! Se han quedado algunos cabos sueltos, pero eso también tiene su gracia en este tipo de relatos.